Natural de Touro, José López expone ahora en Carballo, de donde se siente «de adopción fotográfica». Ganó en cuatro ocasiones el premi Especial Carballo del certamen Xosé Manuel Eirís
17 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Tenía 15 años cuando, con una vieja máquina que su padre había llevado a casa, empezó a aficionarse a la fotografía. «O disparador era un tornillo que enroscaba e desenroscaba», recuerda. Manual totalmente. José López Pérez, Jolope (Enquerentes, Touro, 1950), ha dedicado su vida a ser maestro de escuela -ahora jubilado-, pero las imágenes lo acompañaron siempre, primero en la época analógica y, después, tras un paréntesis en su afición, en la era digital. Ha vivido los dos mundos, el abismo entre uno y otro. Cuatro veces ha ganado en la capital de Bergantiños el premio Especial Carballo del certamen Xosé Manuel Eirís, y es precisamente en esta localidad donde desde ayer expone su serie A rapa das bestas, muestra en cierto modo cronológica, con fotografías en blanco y negro y color. Fue concebida para el Festival Internacional Instantes de Avintes (Portugal), por petición de su director, Antonio Pereira: ahí empezó su andadura la exposición, en el año 2014, pasando después por Santiago, Silleda u Oleiros, entre otros puntos.
Querencia especial
Jolope se siente de «adopción fotográfica carballesa». Tiene una querencia especial por esta localidad y por Razo, donde encuentra «paisaxe», una «cidade pequena» cerca y, por supuesto, mar. Con una instantánea en este arenal, con marea baja, luz rasante, y unas pisadas sobre una superficie que por lo demás era toda ella lisa -tomó la fotografía a primera hora-, logró llevarse una mención honorífica en la categoría creativa del concurso de fotografía Caja Mediterráneo. Exposiciones individuales y colectivas, concursos y premios le han ido reportando felices noticias, como el hecho de haber logrado catalogar dos de sus trabajos, sobre artes y tradiciones populares, en el Ministerio de Cultura. «Desde os 15 anos sigo aprendendo, porque aínda non sei nada, son afeccionado», contaba ayer José López en el Pazo.
En A Rapa das Bestas su imagen emblema, aquella que de algún modo abre la exposición, es el primer plano de un caballo relinchando, con sus dientes bien marcados, su suciedad, su caries. Una hora estuvo pendiente de ese instante. Cada fotografía tiene su historia y las que desde ayer están instaladas en Carballo corresponden a varias épocas y a varios lugares: Amil (Moraña), Sabucedo (A Estrada), Cuspedriños (Cotobade) y Boimente (Viveiro). Ha pretendido hacer un relato del lugar y de sus protagonistas, de las acciones que se suceden en el curro durante la rapa: «Agarimo, valentía, forza, bravura...». De todo ello hay. Por supuesto, conoce la de Vimianzo.
López Pérez se reivindica «de aldea». Por deformación profesional, explica, le gusta todo aquello que tiene que ver con las tradiciones y su cultura: el lino, la malla, el ciclo del pan, zoqueiros, los birlos... De todo esto tiene retratos, al igual que de fiestas religiosas con suma identidad en Galicia o también de deporte, en tanto que ha colaborado de forma desinteresada con diversas federaciones: kárate, yudo, gimnasia rítmica... Tiene ahora entre manos un proyecto sobre el que ha puesto muchas expectativas, pero que aún no puede revelar. Irá, sí, relacionado con las tradiciones y el trabajo artesanal. Con Santiago Turismo ha colaborado recientemente en materia de los Xenerais do Ulla o Alrededores Santiago, Sorpréndete.
¿Qué es la fotografía para alguien que se lleva dedicando a ella desde los 15 años? ¿Qué puede causar una imagen? «Dor, emoción, satisfacción... Para min a fotografía é unha liberación, unha forma de desconectar, de saír do día a día e, por un momento, pensar só niso que teño que facer. É un compendio de sensacións», asegura Jolope. Llega a sentir «mono» de ella cuando lleva un tiempo parado y es en esos momentos cuando necesita salir y fotografiar. Generalmente, solo.
La exposición. La muestra fotográfica A rapa das bestas puede visitarse desde ayer en la planta baja del Pazo da Cultura de Carballo. Estará allí instalada hasta el próximo 17 de diciembre, pudiendo verse todos los días entre las 17.00 y las 21.00 horas. Fotografías en blanco y negro y también a color.