El tirón de las ferias del comercio se resiente en medio de la lluvia

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

Pese a que la afluencia no fue masiva la mayoría de profesionales se marchan satisfechos

13 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No se puede hablar de abarrotes como otras veces porque no los hubo -en el caso de Carballo, con un contenido tan específico, tampoco lo pretendían-, pero sí de buen ambiente en muchos momentos y, sobre todo, de satisfacción bastante generalizada entre los profesionales que participaron en las ferias del comercio celebradas ayer en la comarca.

La más concurrida, aunque también notó los efectos de la lluvia como el resto, fue la de A Laracha en la que, como se ofrecía un poco de todo, desde un coche a servicios médicos, el público también era de lo más variado, con dominio de clientes locales aunque una presencia importante de visitantes de localidades próximas, especialmente de Arteixo y Carballo. El sorteo de regalos, que hizo presentes incluso a los negocios locales que no estaban físicamente, porque colaboraban, generó especial expectación y, en general, todos acabaron razonablemente contentos.

La gerente del CCA de Carballo, Mari Carmen Freire, se mostró sorprendida de toparse en Expo Voda «con parellas que están planificando a dous anos vista. Aínda non teñen data, nin restaurante pero xa saben: ‘en setembro do 2019 cásome’», como también le ha llamado la atención que hubiese gente «buscando simplemente unha viaxe ao Caribe, sen ser de lúa de mel nin nada». En cualquier caso, en la organización quedaron muy satisfechos, sobre todo por como funcionaron las actuaciones, por el incremento de la oferta relacionada con las comuniones y por los contactos realizados.

Con eso es también con lo que se queda el xalleiro Alberto Romar, que acudió con las atracciones infantiles Juguetón y los fotomatones de Retrátate. «Non houbo moita xente, pero a que veu viña a tiro fixo. Algúns maiores pola maña coincidindo coa feira, pero despois moitos nenos co mago, as actividades foron espectaculares e levamos moitos contactos a verdade. Houbo xente que se queixou un pouco polo tamaño dos postos e porque non fixeran moita publicidade, pero penso que, en xeral, estivo moi ben», explicó Romar, que incluso agradece que no hubiese masificación, porque eso les permitió atender mejor a los clientes realmente interesados.

La maquilladora Natalia Paderne también se marcha «con moi bo sabor de boca», más que nada porque las potenciales clientas pudieron ver en directo como trabajan. «Moitas veces a xente pensa que as fotos igual non son nosos -que si o son, todas de traballos nosos-, pero así vén o que fas. Levamos moitos números de noivas e as modelos, que eran xeniais, quedaron encantadas», detalla Natalia que, eso sí, no paró de trabajar en todo el día y estaba cansada ya por la noche.

Quizás donde más razones tengan para plantearse si acertaron o no con el formato sea en Cee, porque al filo del mediodía, cuando se suponía que coincidiendo con el mercadillo semanal la asistencia debía ser la más alta, el pabellón municipal lucía bastante desangelado. Solo había presencia de una parte del comercio local, que trasladó hasta el polideportivo algunas de sus ofertas, y la respuesta del público, que tampoco se veía en la calle donde apenas paró de llover, fue bastante limitada.

«Sí que nos compensó venir aunque teníamos unas expectativas mucho más altas»

«Venir desde O Porriño es un tute, porque te tienes que quedar todo el fin de semana aquí, ahora recoger, ir de vuelta... pero sí que nos compensó porque se hizo dinero, aunque teníamos unas expectativas mucho más altas. Da mucho trabajo, pero como dicen en mi pueblo sin trabajo no hay nada», explicaba ayer al término de la feria de A Laracha Beatriz Gándara, que acudió con su zapatería. Aunque es una habitual de este tipo de ferias no suele desplazarse tanto, acostumbra a quedarse por la zona de Pontevedra y percibe cierto agotamiento en el modelo. «Creo que el sector está ya un poco quemado y que habría que dosificarlas un poco más porque, sobre todo cuando hay varias así en sitios próximos, la gente tiende a repartirse», añade la comerciante, que se va con un buen sabor de boca.

Una visión que también comparten los profesionales de la localidad, que también esperaban algo más en algunos casos, pero se dan por satisfechos con los resultados.