«Nos enteramos de que el violador de mi hija andaba suelto porque lo vio mi hija»

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Jose Manuel Casal

El carballés acusado de agredir a una menor de 15 está en libertad tras estar cuatro meses en un centro de menores

11 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Asegura que tanto ella como su familia están sufriendo un verdadero calvario. El pasado 12 de junio, lunes, su hija, que en la actualidad tiene 15 años, fue presuntamente violada por un conocido, que en enero cumplirá los 18. Sucedió supuestamente en un descampado de Carballo, a plena luz del día, bajo amenaza de arma blanca y cerca de una urbanización abandonada. La madre de la menor, que exigió anonimato para conceder la entrevista, dice sentir «verdadera impotencia» y ayer comentó que se pasa gran parte del tiempo en los juzgados, la Guardia Civil y médicos forenses.

El acusado, residente en la barriada de O Sisto, fue detenido dos días después de producirse la presunta agresión sexual en la zona de O San Mariño, e ingresó por orden judicial en un centro de menores el 15 de junio. En principio, por seis meses, ampliable otros tres. No llegó a cumplir este ingreso preventivo en su totalidad, a la espera de juicio. «El 28 de octubre, mi hija salió a dar una vuelta de noche. No iba sola, nunca va sola, sino acompañada por unos familiares. Sobre la una y media de la madrugada, y al llegar a la altura de la rúa da Estrela mi propia hija, que es la víctima, se encontró de frente con su agresor. Así fue como nos enteramos de que el violador de mi hija andaba suelto», denunció la progenitora. La menor, que parecía haberse recuperado algo del trauma sufrido, volvió a recaer en la depresión: «Volvió a la medicación, tiene pesadillas, no duerme por las noches, en el instituto vuelve a tener problemas de concentración...». Según la madre, «en este país parece que tienen más derechos los acusados que las víctimas, que tienen que vivir, además, con el estigma social de la agresión sexual». La progenitora teme por la vida de su hija. «En el instituto al que va mi niña saben lo que hay y tienen los informes. Saben que si el agresor se acerca tienen que llamar inmediatamente a la Guardia Civil». Y añadió: «Si le pasa ahora algo a mi hija, ¿a qué tengo que esperar? ¿A qué me llamen un día de la Guardia Civil para que la identifique envuelta en una bolsa de plástico?». El problema radica, sobre todo, cuando va por la calle: «Nunca la dejo ir sola, siempre va acompañada y si el teléfono me da apagado o fuera de cobertura, el corazón me da un vuelco». Reclama justicia: «Si había una orden de ingreso en un centro de menores por seis meses, que sean seis meses, no cuatro. Y si esa persona va a quedar en libertad pedimos solo ser notificados previamente y que no se encuentre mi hija de frente por la calle con su agresor». De hecho, no descartan marcharse de España: «Por mí, ya hubiera hecho las maletas, pero tengo que pensar en los míos, no solo en mí».