Muchos solares privados que permanecen en situación de abandono son verdaderos focos de infección y criaderos para estos roedores
07 nov 2017 . Actualizado a las 15:35 h.Hace unos días, con la llegada de las primeras lluvias del otoño, pudo verse en Carballo una imagen insólita: peatones pegando patadas a las ratas que acababan de escaparse de la red de alcantarillado. Luis Lamas, edil de Obras, apuntaba entonces que se trataba de un caso «illado propio de cando os sumidoiros non dan abasto para filtrar tanta auga». Pese a todo, este no fue, ni mucho menos, el único caso de avistamiento de ratas por el centro urbano de la localidad, sino que en algunos puntos se ha convertido casi en una costumbre.
Por lo general los roedores suelen circular por áreas en estado de abandono o zonas insalubres. El exedil Ricardo Vilas, que pasea habitualmente por la rúa Doctor Fleming, afirma haber visto varios, en especial en la intersección con la calle Luis Seoane. «Eu ía un día paseando co can e topeime con dous exemplares bastante grandes pola beirarrúa que corrían cara un burato. E non é a primeira vez que se ven», explica Vilas, que también apunta el descampado de la estación de autobuses como un foco importante. «Moitos comentáronme velas correr dende aí cara as rúas que parten da estación cara o centro do pobo».
No se queda atrás tampoco la vieja estación, situada en el corazón del pueblo, que se ha convertido en un verdadero criadero de roedores. Como también otros solares que actúan como foco infeccioso y, además, afean el paisaje de una localidad que se esfuerza por darle una vuelta de tuerca a la estética mediante el arte urbano.
La dificultad radica en que el servicio de desratización del Concello únicamente se ocupa de zonas públicas. De este modo, difícilmente podrán erradicar el problema de raíz cuando solares o edificios privados continúan fuera de su alcance. Así, unas galerías comerciales que dan a la calle Fomento han sido objeto de queja en el pasado, así como un váter de obra instalado en la esquina de las rúas Vicente Risco y la Luis Calvo Sanz, en el que los vecinos del edificio afirman haber visto ratas que buscaban refugio bajo el retrete.