«Chouciño era un moi bo xogador»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

BASILIO BELLO

José Antonio Periscal recuerda a su compañero, fallecido el 28 de agosto de 1970, a los 19 años. Jugaban cedidos en el Deportivo Carballo

22 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Poco a poco los lugares emblemáticos de los pueblos se van diluyendo en el recuerdo, que a veces se recuerdan gracias a la memoria de quienes ocuparon en ellos una parte importante de sus vidas. Por ejemplo, el campo Pedras Brancas de Carballo, que conoció perfectamente (y tantos otros) José Antonio Periscal Barca, y además vivió la transición de este recinto al de O Chorís. El de Pedras Brancas se inauguraba en junio de 1923, y ponía punto, y en el O Chorís en el mismo mes de 1971.

Poco antes, el 28 de agosto de 1979, fallecía en un entrenamiento una de las grandes promesas del fútbol carballés, José Antonio Chouciño Calvo, a los 19 años. Era el hermano menor de una estirpe de futbolistas notables del Bergantiños, ya que tanto Rosendo como Manolo habían vestido la misma camiseta. Sus padres eran naturales de Cances, y se habían establecido en el barrio de O Hospital, en el número 15 de la calle Poñente.

Periscal, histórico del fútbol carballés, era muy amigo suyo. Jugaban juntos, en la campaña 69-70 estaban ambos cedidos en el Deportivo Carballo, y casualmente vivían uno frente al otro. Recuerda que estaban en plena competición de la Copa da Costa. Habían ganado 2-4 ante el Xallas en el partido de ida. Preparaban la vuelta, con el segundo entrenamiento de la semana, en Pedras Brancas, con las casas de los maestros al lado, ya en obras. Periscal sabía que Chouciño llevaban unos días que no se encontraba bien, y durante aquella tarde le sobrevino la muerte. La Voz recogía la conmoción que aquel suceso causó, y su entierro. «Fue, sin duda, una de las más grandes manifestaciones de solidaridad de condolencia que en la historia de nuestra villa», decía la noticia. Los partidos de la Copa da Costa se suspendieron. «Chouciño era moi bo xogador, un estremo esquerdo nato», recuerda Periscal. Lo había subido al campo en su 2 Caballos. Estaban por allí otros compañeros: Diéguez, Pedro Facal, Villaverde... Chouciño ya había completado maestría industrial y tenía la mili a la vuelta de la esquina. Mostraba grandes cualidades para el fútbol, y fue de los últimos grandes jugadores que pisaron el viejo césped del terreno que antiguamente había sido un pedregal, pegado a la Vázquez de Parga, una zona cruzada ahora por edificios, calles, Hacienda, solares vacíos. Historia, uno y otros, del deporte carballés.

A la izquierda, Periscal y Chouciño. La imagen fue tomada entre el año 1969 y 1970, en Pedras Brancas. Ambos llevan la indumentaria de su equipo, el Bergantiños. Al fondo, las casas de los maestros, en construcción, al lado del campo Pedras Brancas. A la derecha, Periscal, ayer, en el mismo lugar en el que se tomó la otra foto. Falta Chouciño, quien falleció muy joven, a finales de agosto de 1970, pocos meses después de la anterior imagen. El campo ya no existe desde hace más de 40 años.

Casi medio siglo de actividad deportiva

El campo Pedras Brancas tuvo 48 años de actividad deportiva, con la salvedad de los tres años de la guerra civil, donde, como recuerda el historiador Xan Fraga, el Bergantiños jugaba en Berdillo, el Campo da Feira o el Muíño do Quinto. El mismo autor señala en una de sus obras que la fecha oficial es el 24 de junio del 23 aunque, por los motivos que sea, alguna crónica de la época e incluso algunos testimonios orales retrasan ese acto hasta 1925. La primera gran reforma le llegó en los 40, y el Concello pagaba dos mil pesetas anuales de alquiler a Agustín Costa Mesejo. En el 46 se termina el cierre del campo (habrá otro posterior en 1963), a cargo de José Martínez Espasandín. Poco a poco llegaron mejoras, incluida la compra del terreno en 1955 a Manuel Negreira Porteiro (8.769 metros cuadrados). En 1974, el Concello vendió esos mismos terrenos por más de 19 millones de pesetas. En el 94 tenía 18 propietarios, y un error en un plano generó problemas para edificar, prolongados durante mucho tiempo.