Ya es casi una ciudad

Carlos Puga ABOGADO DE CARBALLO

CARBALLO MUNICIPIO

11 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace prácticamente cuarenta años que llegué por primera vez a Carballo, y en aquellas fechas

el casco urbano apenas pasaba de los 10.000 habitantes. Estos días se hace público que ese

mismo casco acaba de alcanzar la cifra de 20.000 vecinos, con lo cual nos encontramos que casi dos terceras partes de la población total del municipio se encuentran en el entorno

urbano. Volviendo la vista al principio de esos años ochenta, y tratando de comparar aquellos tiempos con los actuales, es evidente que la evolución de Carballo, en su condición de cabecera de comarca, ha sido enorme, sobre todo si la comparamos con todos aquellos municipios colindantes en los que, bien al contrario, el fenómeno de la despoblación se está mostrando, año tras año, en toda su crudeza.

Es cierto que, en general, los movimientos de población desde el pasado siglo XX tienen la característica común de progresiva concentración en las grandes o medianas ciudades, en perjuicio de las de menor dimensión. Las razones para ello son diversas, pero entre las más importantes figuran no solo la supuesta mayor facilidad para conseguir un puesto de trabajo, sino también la mayor diversidad y amplitud de servicios de toda índole a disposición de los ciudadanos. Precisamente esta mayor oferta es, posiblemente, una de las causas de que el incremento del censo urbano en Carballo se concentre en los segmentos más jóvenes de población, lo que suele llevar consigo asimismo el incremento de la tasa de natalidad.

A esa dinámica poblacional no ha sido ajeno Carballo. Es cierto que el desarrollo de la trama urbana de todas las ciudades viene condicionado por factores diversos, pues no es igual el caso de villas históricas dotadas de núcleos tradicionales a preservar, que aquellas otras, como puede ser el caso de Carballo, que carecen de ese sustrato histórico y no pueden presumir de una zona monumental que sirva de incentivo al desarrollo del resto del municipio. En ese sentido, hemos de reconocer que a finales de los años setenta del pasado siglo la visión que de Carballo se ofrecía al visitante no era nada atractiva en términos de belleza u ordenación urbana. Había mucho trabajo que hacer. Y la verdad es que poco a poco, y sobre todo en lo que llevamos de este siglo XXI, se fue avanzando en la trama urbana, apoyándose en los nuevos polígonos y actuaciones, de tal forma que nos vamos acercando a la ciudad

moderna que a todos nos gustaría tener.

Y en esa nueva imagen de la ciudad es relevante el proceso de transformación y humanización afrontado en esta última década en distintas áreas, pero muy especialmente en el entorno central que rodea la Praza do Concello. Y es que no podemos dejar de señalar que hoy en día es muy difícil encontrar ciudades del tamaño de Carballo que no dispongan de amplias zonas céntricas para el disfrute de los ciudadanos, en los que los vehículos pasen a tener el carácter secundario del que nunca debieron salir.