Entre 800 y 1.000 pacientes como máximo

Jesús Velo PEDIATRA RECIÉN JUBILADO

CARBALLO MUNICIPIO

04 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando empecé como pediatra en Carballo éramos tres y andábamos por el orden de 1.350 niños cada uno, porque había unos 5.000. Era insufrible porque con ese cupo la media diaria era de más de 30 y en el invierno se disparaba. Recuerdo que durante un repunte de la gripe llegué a los 79 niños. Fue una auténtica locura.

Cuando me marché en el 2008 seguíamos siendo tres, pero al poco tiempo aumentó la dotación y pasamos a cinco, pero uno solo estaba media mañana.

Por los cálculos que hago ahora pasan de los mil niños por cupo y eso es una barbaridad y no me extraña que estén desbordados. Si lo están ahora, no digo cuando llegue la patología invernal de verdad, que no saben dónde meterse.

El aumento de la dotación en Carballo creo que se debió a un cambio en la filosofía de la política sanitaria. Querían que los pediatras tuvieran entre 800 y 1.000 niños para que no se vieran desbordados, pero todo eso cayó en saco roto. Llegó la crisis, esto no se respetó y vuelta a los 1.100, 1.200 o 1.300.

Todo lo que pase de mil es una barbaridad, por la cantidad diaria de niños que hay que atender. Treinta de media es inasumible y 25 son bastantes. Lo ideal es que fueran 20 o 22 como máximo.

Aquello de los 800 a 1.000 se quedó en nada y no sé lo que va a pasar, si van a amortizar la plaza de la persona que está de baja. Si es así volveremos a los años anteriores, no habremos avanzado nada. En Carballo debería haber cinco pediatras, sería lo ideal, magnífico.

Siempre dicen que el problema es que no hay pediatras, pero habría que ver cuál es el motivo. Lo cierto es que en el examen de los MIR un número muy elevado piden plazas hospitalarias. En mí época éramos 8 residentes de primer año y otros tantos más veteranos, el doble que ahora.

Creo que si se crearan más plazas habría más gente. De hecho, están ejerciendo médicos que han hecho un curso de puericultura, lo que quiere decir que hay interés por la profesión. Además, hay muchas cosas de prevención y educación sanitaria que no da tiempo de hacer, precisamente por la cantidad de niños que tiene que ver cada médico.