La Costa da Morte ha perdido 200 alumnos en solo un curso escolar

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

En los municipios costeros se ha reducido más la matrícula

12 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El envejecimiento de la población en la Costa da Morte es un problema bien conocido y documentado, pero todo su dramatismo quedó ayer patente en la vuelta al cole. Para este curso están matriculados en infantil y primaria 200 alumnos menos que en las mismas fechas del 2016.

En algunos lugares la situación es desesperada. En Fisterra, por ejemplo, hay un colegio, el Areouta, que está al borde del cierre por falta de alumnos. De hecho, solo tiene ya tres unidades (una de infantil y dos de primaria). Solo en este municipio hay 16 niños menos que en septiembre del 2016. Lo mismo está ocurriendo en Laxe y también en Malpica, donde tenían 260 escolares y ahora solo quedan 237. De hecho, el Xaquín Rodríguez Otero de Buño es de los centros que no consigue remontar.

Ayer no comenzaron los 7.219 niños de infantil y primaria que están matriculados en los centros educativos públicos y concertados de la Costa da Morte, porque en Muxía y Ponteceso no era lectivo a causa de las fiestas de A Barca y A Barquiña, respectivamente.

El grueso de los estudiantes está en Carballo, donde hasta hace dos años eran épicos los problemas para escolarizar a los niños de 3 años. De hecho, en el 2009 había 2.167 colegiales, que fueron incrementándose paulatinamente hasta llegar a los 2.437 niños el curso pasado, el primero que dejó de haber problemas de matrícula. La tendencia se ha invertido y ahora son solo 2.408, lo que son 30 niños menos. Según los datos de natalidad, no se prevén dificultades para la matrícula en los próximos años.

JORGE PARRI

Ajenos completamente a esta situación, los escolares de la Costa da Morte se incorporaron ayer a las clases tras un verano de descanso. La inmensa mayoría de los profesores sustitutos llegaron a tiempo. Solo en el Xesús San Luís Romero de Carballo y en el Nétoma-Razo hay obras que pueden provocar molestias.

También se abrieron los comedores escolares, unos de los servicios más reclamados por los padres.

Comedores

En el colegio de Caión remontaron la baja matrícula con la nueva prestación. Llegaron a tener 37 estudiantes antes de implantar las comidas y ahora han llegado al medio centenar de niños. Lo mejor es que este curso se han incorporado nueve niños de 3 años, frente a los solo tres que hubo el año pasado. En este centro, que está en medio de la localidad, tienen pendiente terminar la renovación del cierre del recinto, aunque no está claro si la obra se completará durante este curso.

En el Alfredo Brañas de Paiosaco tampoco se quejan. El año pasado incorporaron el servicio de comedor y tienen ahora 173 estudiantes, lo que es bastante porque el tope está en los 225. En este caso, hay una clase, la de tercero de Primaria, que está por encima de la ratio, pero es una situación poco habitual.

En este caso las quejas se deben a la pérdida paulatina de horas de los especialistas de pedagogía terapéutica y audición y lenguaje, que son compartidos con otros centros.

A pesar de eso, en los colegios reconocen que la mayor reducción del profesorado se realizó hace ya unos años, pero los puestos no se han recuperado.