La delincuencia amplía horizontes

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Jose Manuel Casal

Policías judiciales de A Coruña y Santiago y la Nacional toman cartas contra las bandas de ladrones carballesas

28 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta hace unos cinco años, la mayor parte de los delincuentes carballeses actuaban básicamente en la capital de Bergantiños. Como mucho, en los concellos limítrofes. Pero las continuas detenciones (si bien es cierto que en la mayoría de los casos los ladrones entraban por una puerta del juzgado y salían por la otra) y el hecho de que la Policía Judicial y el área de investigación de Carballo les tenían, más o menos cogida la matrícula, obligó a estas bandas a buscar alternativas para continuar con su ritmo de fechorías.

Así es como gran parte de los delincuentes decidieron cambiar de modus operandi. El más empleado es el que emplean grupos de 3 o 4 individuos. Salen de Carballo de noche a bordo de un coche legal, con toda la documentación en regla y con un conductor no fichado por la Guardia Civil o la Policía Nacional para pasar desapercibidos en posibles controles. Ponen rumbo a A Coruña, su área metropolitana o hacia las comarcas de Xallas, Soneira y Fisterra. Allí roban un vehículo o dos (uno de ellos lo emplean como lanzadera) y empiezan con su festín sus robos.

Esta forma de actuar tiene dos ventajas: movilizan y desplazan mucho más a las escasas patrullas operativas en la Costa da Morte y son más difíciles de localizar al actuar en un área de mayor amplitud. Pero la gran mayoría de estos delincuentes son de Carballo o tienen su punto de encuentro en la capital de Bergantiños.

Todas las alarmas saltaron entre las fuerzas de seguridad cuando dos delincuentes, residentes en Carballo, fueron detenidos por la Policía Nacional de Ourense hace ahora un año por robar en siete cafeterías de la ciudad, cuatro de ellas situadas en las inmediaciones de la comisaría. Estos dos arrestados (otros dos lograron escapar) pasaron un mes en la prisión de Pereiro de Aguiar antes de quedar otra vez en la calle a la espera de juicio. Sobre estos dos delincuentes, multirreincidentes, recaían, según la Policía Nacional, requisitorias de varios juzgados y órdenes de detención procedentes de Lugo, Ourense, A Coruña y Carballo.

Desde diciembre del 2015 se produjeron 13 oleadas de robos y asaltos, con más 80 establecimientos afectados (denunciaron 64) y el modus operandi continúa siendo el mismo: robo de uno o dos turismos, asaltar todo lo que se puede y luego dejar los coches abandonados en pistas secundarias del extrarradio carballés.

También llama la atención que, a diferencia de hace diez años, los cacos no queman los vehículo, sin embargo, son mucho más prudentes y no dejan huellas ni rastros de sus actuaciones. Un agente de la Guardia Civil comentó recientemente que parte de la culpa la tienen series como CSI: «Antes era fácil localizar huellas, ahora es mucho más complicado».

Esta ampliación de horizontes delictivos ha obligado a tomar cartas, en materia de colaboración, a la Policía Judicial de A Coruña y Santiago. Es lo que sucede con los tres encapuchados, identificados por varios testigos, como autores de asaltos el pasado día 17 a negocios de Cabana, Santa Comba, Carballo, Culleredo y Anxeriz.

Alarma social

Pero robar tragaperras y registradoras provoca ruido, genera alarma social y los botines logrados no son siempre los deseados. Desde hace cinco años los hay que apuestan por las estafas por Internet. Empezó siendo algo residual, pero ahora representa un tercio de las 2.400 diligencias abiertas por la Guardia Civil de Carballo al año. Son actuaciones limpias y los beneficios son muy superiores a los que deja las máquinas de tabacos o las tragaperras. Ya hay más de un centenar de detenidos desde el 2012 y en la Guardia Civil dicen que es el futuro. Sino es ya el presente.