Algo más que meter en un aula

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CRÓNICA SOCIAL

CARBALLO MUNICIPIO

04 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace cuarenta años Aspaber, paso a paso, ha ido llenando huecos que hubiera tenido que tapar la Administración. No es el único caso. El cuidado de personas con necesidades especiales corre a cargo en muchas ocasiones de entidades en las que los poderes públicos delegan responsabilidades, aunque hay subvenciones es el asociacionismo lo que hace q ue mejoren las condiciones de vida de muchas personas.

En materia educativa se pasó de los centros especiales a la integración plena y ahora Aspaber tendrá una unidad para menores de 16 años. Es difícil saber si se avanza o se retrocede, pero es necesario reconocer que sí hay movimiento y que Aspaber no ha parado desde que empezó.

Muchos chicos y chicas que estaban encerrados en sus casas encontraron un futuro en la entidad y ahora es posible hacerse cargo de personas que por la edad de sus padres o por la ausencia de familiares se encuentran sin nadie que los cuide.

Ahora le toca el turno a los más jóvenes, los que precisan de una atención especializada y que se les puede brindar en A Brea, donde hay desde un centro de empleo hasta una residencia pasando por clases para opositores a las plazas reservadas por la Xunta de Galicia. La unidad de educación especial puede multiplicarse en los próximos años y viene a cubrir una necesidad que hace ya tiempo que vienen observando la directora, María Dolores Fernández, y el presidente, Francisco Costa.

Mientras tanto, Aspaber avanza ofreciendo servicios de calidad como la limpieza de calles o de centros educativos, pero para crecer necesita espacio, mayores instalaciones y mejores accesos.

Hasta ahora, el centro de atención ha estado en los mayores de 16 años, en los que ya habían acabado la enseñanza obligatoria, pero las cosas han cambiado y lo que puede ofrecer Aspaber interesa a la consellería de Educación, hasta el punto de que tendrá un centro privado el próximo curso. La medida complementa otros avances que ha conseguido Carballo como el servicio de atención temprana para los niños con necesidades especiales y las nuevas instalaciones para enfermos mentales en la rúa de A Cristina.

En cuarenta años muchas cosas han cambiado, aunque no lo suficientemente deprisa. Lo han hecho a base de voluntad y de necesidad y cada logro ha supuesto un enorme esfuerzo, una gran lucha contra los prejuicios y en busca del apoyo de la Administración. El nuevo paso, que es de gigante, augura muy buenos resultados porque había un hueco muy grande, un espacio que han tenido que ir tapando asociaciones de distinto tipo, aunque el vacío educativo era evidente. Integrar es algo más que meter en un aula.