Servidumbres sin derecho de paso

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

fotos s. g. rial casal

Construcciones realizadas hace decenios impiden el acceso paralelo al cauce fluvial: un análises al cauce del Anllóns a su paso por Carballo

20 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la actualidad, es prácticamente imposible construir a escasos metros de cualquier río, por las cautelas existentes y las multas al incumplimiento, pero de 30 años para atrás las cosas eran muy distintas. Ocurre en buena parte de los municipios, pero en unos se ve más que en otros. En Carballo, el paseo del Anllóns es un magnífico lugar para pasear, algo que hacen a diario centenares de personas. Pero también para observar cómo está la ribera del cauce. En algunos puntos, ni paseantes ni pescadores (casi, ni alpinistas) podrían acceder, por la inexistencia de un mínimo margen para moverse. Los conocidos cinco metros de servidumbre, que históricamente han usado, sobre todo los pescadores, están aquí recubiertos de muros o edificios. Por supuesto, los cien metros de zona de policía, en los que es preceptivo recabar permisos de Augas y otras instancias, también se quedan en las páginas de los códigos. Así ocurre en una zona próxima al Muíño do Quinto, la estación de autobuses o el puente de Isabel II, donde empieza la calle Fomento. En este caso, hace poco más de 60 años, el puente, del que hoy solo se ve un arco, el central, conservaba los nueve originales: el principal, dos hacia el centro de Carballo, y seis (tres dobles) hacia Fisterra. Todos ellos, rodeados de árboles. El crecimiento urbano sin control se los llevó por delante.

En el Refuxio de Bértoa había un viejo puente de paso de carros al que ya no se puede acceder, y pasa así en más lugares en los que la falta de uso de los predios rústicos ha eliminado accesos. Los problemas no son solo del Anllóns. En el río Grande, entre Baio y A Piroga (Bamiro-Vimianzo) alguna vivienda comió terreno al río y ya no va a ser fácil solucionarlo.