Calles sin casas en pleno casco urbano

CARBALLO MUNICIPIO

Algunas están pendientes de desarrollar y otras llevan así decenios. Son parte del centro que hay que colmatar

10 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los objetivos básicos del actual PXOM de Carballo, que no tiene ni un año de vigencia, es el de colmatar la edificabilidad en toda la malla urbana. Esa es una de las razones (otra es el gran número de casas vacías existentes) por las que la construcción de viviendas quedó limitada con respecto a las pretensiones iniciales, muy optimistas.

Muchas de esas posibles construcciones podrán hacerse en los próximos años, a medio y largo plazo, en la gran cantidad de calles que en la actualidad no tienen ningún edificio. O acaso uno o dos, no más. Pueden verse por todo el centro y por su entorno. Algunas de ellas son fruto de los desarrollos urbanísticos de hace un decenio, cuando se crearon los polígonos que siguen a la espera de mejores tiempos: de que los vecinos apuesten por su desarrollo y consiguientes cesiones públicas, y que los promotores y constructores comiencen a ver un panorama distinto del que lleva azotando al sector más de la mitad de lo que va de siglo.

Claro que no siempre todos los males vienen de esta época. Hubo otra, muy anterior, en las que los dueños de los terrenos obraron por su cuenta y lo iniciado ahí se quedó. Por ejemplo, a principios de los años 70 se levantaron los esqueletos de dos inmuebles de la que hoy es calle Luis Pintor Seoane (está reconocida como tal desde el PXOM anulado del 2003, antes no). Y ahí siguen ambos inmuebles, sin acabar, al lado de terrenos yermos, en una vía de dirección única que sirve sobre todo como aparcamiento para evitar la zona azul. Es un ejemplo, pero hay más. Existen rúas consideradas como tales que más bien parecen explanadas de aparcamiento.

También hay zonas vacías y modernas, dedicadas (por ejemplo) a autoras prestigiosas o mujeres luchadoras por los derechos, como ocurre en el polígono 19, el que inició Riotorto y ahora está en manos de los bancos. Clara Campoamor o Sira Alonso (su amarga historia, casi novelesca, tiene mucho que ver con Tordoia) ven cómo lo único que crece cerca son los tojos y los niños de la cercana escuela infantil, pero no los edificios. La temática de desarrollos pendientes es amplia: también los mares, en Razo, o las capitales, en Bértoa.