La racionalización de los gastos abre frentes políticos en todos los lugares en los que se intentan

La Voz

CARBALLO MUNICIPIO

Cualquier gobierno municipal que tenga que subir las tasas puede contar con un conflicto

09 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cualquier gobierno municipal que intente un reequilibrio económico a costa de incrementar tasas, de obligar a pagar a quien no lo hacía o de subirle la carga laboral a los empleados públicos, puede contar con que se le viene encima un conflicto.

Basta con recordar lo que ocurrió en Carballo con las exigencias de pago a las viviendas vacías y lo explica en primera persona el alcalde de Ponteceso, Lois García Carballido. «O noso servizo de auga e saneamento é moi deficitario porque o anterior goberno cando renovou o contrato non negociou nada, ata o punto de que a empresa estanos esixindo agora case un millón de euros. Isto provoca que un veciño de Limiñoa, que non ten auga da traída municipal, ten que pagar igual o servizo de outros vía impostos», ejemplifica.

La situación se vuelve verdaderamente complicada si, como dice Carballido, te encuentras con 5,5 millones de deuda, otros 2,5 de facturas sin pagar y le has prometido a los vecinos que no vas a subir ningún impuesto. «É dificilísimo e tratamos de facelo con todo tipo de axustes, renegociando contratos e pedíndolle flexibilidade á xente. Por exemplo, un día está co tractor desbrozando e ao seguinte ten que ir para os xardíns para non contratar fóra», dice el regidor.

Igual que en Ponteceso, donde hay abierto un profundo conflicto laboral, ocurre en Vimianzo, primero a cuenta del agua, donde salieron a la luz auténticas aberraciones, y con el Servizo de Axuda no Fogar (SAF), en el que las disputas entre las auxiliares, ahora externalizadas por medio de una empresa, y el alcalde llegaron a los juzgados.