«La máscara tiene una gran capacidad de comunicación»

f. rodríguez / Á. palmou CARBALLO / LA VOZ

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CEDIDA

La compañía oculta el rostro de los actores en la obra que abre hoy el programa de sala del festival carballés

02 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras la buena acogida que tuvo su primera obra en el FIOT del 2013, la compañía vasca Kulunka regresa esta tarde a Carballo para inaugurar la programación de sala del festival carballés con su segundo montaje, Solitudes, un espectáculo en el que prescinden de nuevo del texto y vuelven a recurrir a las máscaras como vía de expresión artística. José Dault, cofundador de la compañía, es uno de los autores del texto y de los encargados de subir al escenario, con su rostro oculto bajo las creaciones de Garbiñe Insausti, para dar vida a los personajes.

-¿Cómo afrontan su segunda visita a Carballo?

-Ya estuvimos en el FIOT con André y Dorine, nuestro primer montaje de máscaras con Kulunka Teatro, y la verdad es que estamos muy felices de volver porque tuvimos una acogida maravillosa por parte del público y quedamos solo unas décimas por debajo de los compañeros de Ron Lalá, que ganaron el premio del público. Llevábamos ya un tiempo tratando de buscar un hueco en la agenda del FIOT y en la nuestra, así que estamos muy contentos de haber conseguido coincidir este año. Es un honor poder inaugurar el festival dentro de los espectáculos de sala. Es un festival muy importante que acoge las propuestas más interesantes de lo que hay ahora en el panorama estatal así que es un privilegio estar en esta programación.

-¿Que se encontrará el público que acuda a ver este espectáculo?

-Solitudes es, tal como fue André y Dorine, una montaña rusa de risas y emociones. Es una obra de teatro gestual, sin texto, en la misma línea que André y Dorine, que narra la historia de un universo familiar en la que un anciano queda viudo y su familia lo atiende, pero no lo acompaña. Dentro de esta nueva situación, de esa soledad, el anciano tiene interés por cosas muy pequeñas, por cosas que su propia familia es incapaz de valorar, pero él no se resigna y llevará ese interés al límite generando una situación muy conflictiva.

-¿Cómo se consigue llegar al público sin texto y con los rostros de los actores ocultos tras las máscaras?

-La gran dificultad de este tipo de obras sin texto es encontrar la partitura de acciones que sustituyen un poco la palabra, que haga la historia absolutamente comprensible y permita a los espectadores empatizar, entender y sentir lo que los personajes sienten en cada momento. Una vez encontrada esa partitura la máscara tiene una gran capacidad de comunicación; es paradójico y casi contradictorio que como renunciando a la palabra, de repente la comunicación es mucho más emotiva y directa, sin pasar por el filtro de la razón y sin ser especialmente intelectual. Eso es lo que nos permite llevar al público a generar unas atmósferas y una comunión muy sentidas en todas las funciones.

-Las máscaras constituyen ya una obra de arte por sí mismas.

-Garbiñe [Insausti] es actriz y productora de la compañía y una de sus labores es crear estas maravillosas máscaras que han sido premiadas tanto con el Ceres en Mérida como en Estados Unidos, por el Círculo de la Crítica de Los Ángeles no otorgó dos premios: al mejor elenco y a mejor especialidad por las máscaras. Garbiñe es una todoterreno: una productora estupenda, creativa, muy trabajadora, además de una actriz impresionantes, con máscaras y con texto, canta estupendamente y tiene unas manos de las que salen estas máscaras que nada más verlas ya comunican y emocionan tremendamente.

-El hecho de no tener texto facilita el acceso a otros países sin tener que preocuparse por el idioma.

-Sí, nosotros tenemos ya la experiencia de 6 años de gira, sobre todo con el primer espectáculo con el que hemos podido estar en 26 países de culturas muy diferentes: Nepal, Estados Unidos, Inglaterra, China, Rusia, Colombia... Identidades, idiomas y culturas muy diferentes, y a pesar de eso la obra se ha entendido y disfrutado de igual manera en todas partes. Trata un tema universal con un código universal también.

-¿Que esperan de la función de Carballo?

-Esperamos que la gente pueda disfrutar de la misma manera que disfrutó de André y Dorine. Es una historia divertida y muy muy emotiva. Queremos reencontrarnos con un público que ya nos acogió de maravilla. Y deseando volver a Galicia porque ya solo por cómo se come hay ganas.

-¿Prefieren teatros grandes o pequeños?

-Nosotros somos muy polivalentes en ese sentido. Solitudes es un montaje de teatro grande y André y Dorine es un montaje que se hizo en teatros desde 100 a 1.600 espectadores, así que creo que nos solemos adaptar muy bien a todos los espacios. Pero es cierto que Solitudes, por las características técnicas que tiene, requiere de uno grande.

«Solitudes»

Kulunka Teatro. La compañía vasca alzará el telón del auditorio del Pazo da Cultura y de la programación de sala del FIOT 2016 esta tarde, a las 21 horas. Las entradas (a 7 euros) se pueden adquirir en www.ticketea.com.