Restos de un barco afloran de nuevo en Corme

La Voz CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

josé manuel casal

Las mareas bajas y la falta de arena han propiciado que se vean maderas en la zona de Arnela

22 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunas mareas muy bajas, sobre todo las vivas, suelen sacar a la luz, durante horas o pocos días, los restos de barcos hundidos. Pasa de vez en cuando en O Rostro o Baldaio, por ejemplo. Pero también se pueden dar más circunstancias que permitan aflorar esa visibilidad.

Estos días ocurre en Corme. En la zona de Arnela, muy cerca del paseo, se pueden ver unos diez metros de maderas pertenecientes a una antigua embarcación. No es nada nuevo, pero sí tanta superficie. Suso Lista, vecino y escudriñador de la historia de Corme, señala que han confluido las mareas, la existencia del dique (las corrientes no son las que eran) y la canalización del río, con lo que los aportes de arena han disminuido. Y a la vista está el resultado. Recuerda Lista que es algo que se sabe desde siempre, pero en otras ocasiones apenas se veían dos tablas. Algunas desaparecieron. Y de vez en cuando se volvía a descubrir. Lista aboga por que se investigue la procedencia. Teme que, si queda como está, la fuerza del mar acabará con lo que aún hay. Cita una información de La Voz de hace un siglo en la que también se hablaba de la aparición de restos, tal vez una fragata o un galeón.

Es difícil saberlo sin un análisis detallado, explica el arqueólogo submarino Miguel San Claudio. Constan muchos hundimientos en esa zona, de los largos años en los que el viento del sudoeste empujaba a los veleros y los temporales los echaban sobre la costa, sin protección. La lista es larga: Everilda, Corme (ambos, el mismo día de 1941), el bergantín Joaquina (1898), el Alegría (1928), el Felicidad, el Isabelita (probable candidato para esos restos)... Pero no se pueden hacer conjeturas. Cerca se halaron algunos cañones, pero pudieron ser de cualquier otra nave.