Los enfermos de riñón ya no aspiran solo a la supervivencia sino a tener calidad de vida

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

Ana Garcia

La asociación provincial Alcer celebró en Carballo su asamblea anual en tono formativo, divulgador y festivo

04 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hace 25-30 años peleaban para que hubiese «tratamento para todo o mundo», como explica su presidente, Rafael Rodríguez Martínez, ese objetivo esta razonablemente cumplido desde mediados de la década de los 90, con lo que ahora las metas que se marcan los enfermos de riñón de la provincia están centradas en «mellorar a calidade de vida».

Esta fue una de las ideas centrales transmitida ayer en el Balneario de Carballo durante la celebración de la asamblea anual de la Asociación para a Loita Contra as Enfermedades de Ril (Alcer) de la provincia de A Coruña.

Un encuentro que, al margen de lo puramente institucional, dio para mucho: desde charlas formativas, a una sesión de meditación e incluso cante y baile. Los 95 asistentes, algunos de los cuales ya llegaron a lo largo del fin de semana para disfrutar de los baños mientras que otros se quedarán en la jornada de hoy, estuvieron desde las diez de la mañana hasta pasadas de las siete de la tarde, por un módico precio de 20 euros, disfrutando de una jornada que calificaron como «redonda».

La entidad tiene un convenio con el balneario, por el que sus socios se benefician de importantes descuentos, y ese fue uno de los motivos que les trajo a la capital de Bergantiños, aunque hay otros bastante más profundos. «A asociación é de ámbito provincial e queremos desligala soamente do eixo A Coruña-Ferrol-Santiago. O rural tamén existe e non deben ser sempre os mesmos os que teñan que facer máis quilómetros. Por iso estivemos en Cambre, Culleredo, Teo, Narón,... e esperamos ir no futuro a outros puntos da Costa da Morte», detalla Rodríguez Martínez, que conoce en primera persona como ha evolucionado el tratamiento de estas dolencias en las últimas décadas. No en vano, él enfermó con 20 años, está trasplantado de riñón, y ahora tiene 54.

En base a estos avances de la ciencia médica y el desarrollo tanto de las donaciones como de los tratamientos de hemodiálisis, ahora centran su proyecto en que la enfermedad suponga para los pacientes «o menor corte posible no seu modelo de vida». Esto pasa necesariamente por la «estabilidade laboral»: que aquellas personas que tienen un puesto de trabajo puedan mantenerlo y, en el caso de que sus circunstancias de salud o de otra índole no se lo permitan, que cuenten con «unha pensión que lles permita vivir dignamente».

Por supuesto no se olvidan de la importancia de las donaciones y de no cesar en su divulgación, sobre todo entre los más jóvenes, para que este acto de solidaridad se consolide como «un xesto de prestixio social». Para ello, como en todos los colectivos, lo que precisan es capital humano, tanto técnico como el que articulan a través del voluntariado. «Como dixen na reunión, se somos 20 faremos por 20 e se somos 50 faremos por 50», concluye el presidente, que solo tiene buenas palabras para describir la experiencia en Carballo.