Los militantes socialistas, los de la Costa da Morte también por supuesto, tienen que decidir si apuestan por el secretario de Estado de Zapatero y consejero de Touriño, José Luis Méndez, quien a su larga experiencia suma la actual portavocía parlamentaria o por el doctor en Económicas, ex del BNG y también varias veces diputado en el Hórreo y con el PSdeG. En principio no hay consignas, el voto es libre y secreto y los miembros de las agrupaciones pueden hacer lo que mejor consideren. Públicamente son pocos los que se manifiestan y los que lo hicieron, como en el caso del grupo de Carballo, generaron cierto rechazo en las coordinadoras.
Ahora bien, si lo que hay que fiarse es de sensaciones y de lo que dicen algunas de los cargos que más peso tienen en el partido, parece que la comarca está claramente decantada hacia Leiceaga. Se vio en las reuniones de Bergantiños y en las que se han ido sucediendo en otros puntos estos días. No se trata de que Méndez Romeu carezca de apoyos, los tiene y algunos significativos, como la vicepresidenta del Parlamento Marisol Soneira, quien goza todavía de predicamento en el partido, especialmente en Camariñas. Lo que ocurre es que planea sobre los socialistas un ansia casi obligada de renovación y presentar como nuevo a quién ha sido prácticamente de todo en el PSdeG se antoja complicado. De hecho, hay quienes consideran que ninguno de los dos puede escenificar plenamente esa idea, como el alcalde de Fisterra, José Marcote, que avaló a Gonzalo Caballero porque cree que «non se poden esperar resultados diferentes coas mesmas medicinas».
Tanto Marcote, como los responsables comarcales Juan Carlos Canosa y Sindo Rama y el resto de cargos del partido consultados en estas últimas semanas reconocen abiertamente que estas van a ser unas elecciones «difíciles», quizás las peores que le ha tocado vivir al PSdeG, con el nada despreciable fantasma sobre sus cabezas de volver a ser la tercera fuerza política a nivel autonómico, algo que ya han vivido pero que parecían tener desterrado.
La gran diferencia con otras zonas, y ahí la singularidad de la Costa da Morte, que en cualquier caso sigue siendo una plaza fuerte socialista, es que, como dice Canosa aquí las Mareas no tienen una presencia física, ni cargos electos, ni una maquinaria de partido tan necesaria en los procesos electorales. De ahí que, al margen de quien vaya a ser el candidato, algo que no provocará cismas importantes en la comarca, los responsables socialistas están convencidos de que, llegada la cita autonómica, los resultados en esta esquina del mapa seguirán siendo mucho mejores que la media y eso, a las malas, siempre es un consuelo.