
En Carballo, Ponteceso, Zas, Vimianzo y Coristanco tratan de recuperan la normalidad
01 abr 2016 . Actualizado a las 11:02 h.Los numerosos afectados por las inundaciones trataban ayer de recuperar la normalidad después de 34 horas de ininterrumpidas precipitaciones. Las intensas lluvias dejaron un reguero de incidencias: daños por valor de centenares de miles de euros, siete personas evacuadas, carreteras cortadas por las crecidas de los cauces, garajes, bajos, negocios y viviendas anegadas, desprendimientos, personas que pasaron el día achicando agua y desperfectos en la red viaria. Los concellos más afectados fueron Carballo (donde se registraron 92 litros por metro cuadrado) y Ponteceso, aunque las riadas afectaron a Coristanco, Zas y Vimianzo.
Particulares y comerciantes estuvieron desde primera hora de la mañana retirando el agua del interior de sus propiedades con los medios que tenían a su disposición y a retirar las decenas de coches que quedaron anegados dentro de los garajes. En la rúa San Pedro de Carballo, muy próxima al parque del San Martiño, un garaje acumulaba al mediodía de ayer tres metros de agua. En su interior, cuatro turismos a la espera de ser recuperados por Protección Civil. El agua alcanzó en esta zona en torno al medio metro de altura. Los profesionales de las aseguradoras acudían a peritar los daños, que se prevén cuantiosos. Todavía no hay un balance oficial de desperfectos.
Los cauces, sobre todo el del Anllóns y el río Grande, bajaron de forma considerable desde la noche del miércoles y el tráfico rodado en las calles cortadas del casco urbano carballés y la céntrica avenida Eduardo Pondal de Ponteceso quedó restablecido ayer por la mañana sin más problemas. En la capital de Bergantiños, sobre todo en zonas próximas al Anllóns, fueron muchos los vehículos que pasaron la noche fuera ante el riesgo de que se llenasen de agua los garajes.
También en Carballo, el gobierno local tendrá hoy el informe de daños facilitado por Protección Civil, que se une al aportado ayer por la Policía Local.
Milagros Lantes, alcaldesa en funciones desde ayer por la tarde, señalaba que no había datos para predecir lo que ocurrió. Hubo compañeros de ejecutivo que comprobaron el caudal sobre las dos de la mañana y estaba alto, pero sin que se pudiera presagiar ese aumento tan brusco y en tan poco tiempo.
De hecho, afectó solo al casco urbano, porque en la zona rural se mantuvo en los niveles habituales cuando hay crecidas. Incluso en el aparcamiento de Calvo se notó especialmente. Recordó mucho a las crecidas del 99, tal vez un poco más.
En lugares como el Pazo da Cultura, especialmente, y eso que tiene tres bombas de achique, al igual que otros edificios de la zona, que en otros tiempos fue una braña y ahora uan zona residencial en pleno barrio de A Cristina. Ayer ya estaba en buenas condiciones, aunque pendiente del efecto que puedan aportarle los humidificadores a toda máquina. Mañana habrá representación, se mantiene como estaba previsto. Lantes reconoce que seguramente habrá que cambiar alguna madera que salte, pero no es mucho. Todo el equipo técnico se salvó.