«El mar me hace ser quien soy»

Á. Palmou CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

El campeón de España de paddle surf, con vínculos familiares en Carballo, compartió ayer sus experiencias con los alumnos del IES Alfredo Brañas

15 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Nacido en Compostela, pero con raíces en Carballo y Santa Comba y establecido en la casa de sus abuelos en Louro para estar cerca del mar y de las olas, Guillermo Carracedo Robelo ha convertido las aguas de la Costa da Morte en el escenario perfecto para desarrollar su pasión por el paddle surf, una joven disciplina deportiva con la que se ha consagrado ya en el plano estatal (ha sido tres veces campeón de España) y con la que busca ahora un hueco en la escena mundial.

«Mi primera competición fue en Nemiña [Muxía] y llegué un día antes de tiempo al campeonato así que imagínate lo nervioso que estaba». Las playas de Malpica y Carballo también lo han visto cabalgar sus olas, y a la localidad bergantiñana regresó ayer para compartir con los alumnos del IES Alfredo Brañas -que abarrotaron el salón de actos del centro- su pasión por este deporte y la idea de que merece la pena luchar por un sueño y sobreponerse a los obstáculos que van surgiendo. Lo dice con conocimiento de causa. «El año pasado me reventé la cabeza literalmente cinco veces, pero la última fue muy grave. Me podían meter un dedo por la frente y estuve en la UCI varios días, pero sobreviví, Me dijeron que en seis meses no podía volver al agua y tardé 18 días». Difícil contenerse para alguien que hace del mar su conexión con la naturaleza y con su interior: «Me encuentro a mí mismo cuando estoy flotando en el agua esperando las olas y ya cuando las estoy surfeando, ¡buah!».

Como hijo del prestigioso genetista -y gran buceador- Ángel Carracedo, la pasión por el mar le va en el ADN a Guillermo. «La genética me ha tirado hacia el mar y estoy encantadísimo de que haya sido así porque el mar me hace ser quien soy», Y al igual que su progenitor, también se ha inclinado por la medicina, carrera que compatibiliza (está en quinto curso) con el deporte: «Es algo que me encanta también y quiero enfocarla hacia la medicina deportiva para poder seguir ligado a lo que me gusta, en una federación de surf o algo así. Pero por ahora no tengo prisa porque estoy aprovechando estos años para viajar y conocer mundo. Es el momento de hacerlo porque si no luego me voy a arrepentir».

Su amigo Abel Lago, campeón del mundo de kite surf, fue quien lo introdujo en una disciplina que rápidamente lo cautivó: «Di mis vueltas por todos los deportes, practiqué casi todos, pero cuando él me dio a probar un día una tabla me quedé tan enganchado que desde entonces no lo pude dejar. Dije: 'Esto es lo que quiero hacer?. Y en eso estoy, trabajando todos los días para poder dedicarme a lo que me gusta».

El reto es grande, porque sus rivales australianos y hawaianos «tienen el surf más arraigado en su cultura. Los niños, allí, en vez de ir a jugar al fútbol van a hacer surf». Y también cuesta más encontrar patrocinadores por estos lares, aunque los que ya tiene le permiten pagarse los desplazamientos a los lejanos escenarios de las competiciones internacionales. Pero las posibilidades son, asimismo, inmensas. «En el paddle surf quedan muchos caminos, muchas maniobras que no se han conseguido sacar. Y en eso estoy». Además, apunta, que «en Galicia pero tenemos olas suficientes como para hacerles la competencia. Esto es un paraíso para el surf».

Aquel comienzo con anécdota en Nemiña fue el inicio de una carrera en constante progresión -«esa vez quedé eliminado, pero a la siguiente ya quedé segundo, y a la siguiente gané el campeonato gallego...»- y que lo ha llevado ya a un cuarto puesto mundial con la selección española y un decimonoveno en la clasificación individual. Pero los éxitos no apartan a Carracedo de su tierra, donde ha sido testigo del bum que esta disciplina ha experimentado «en los últimos 5 o 10 años», pero donde disfruta también de la tranquilidad que ofrecen días de lluvia y frío como los actuales. «Es cuando mejores olas hay y menos gente hay, entonces soy feliz. Ahora solo vamos los locos. Como dicen las señoras de mi pueblo: ?Ti estás tolo, eres o único que vai ao mar e non trae en peixe?».