El acusado de comprar un bebé en Colombia: «Adoptar no es fácil»

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

José Manuel Casal

«Aprendí a rezar en la cárcel», dijo el carballés José Mato, que relató la dura experiencia en prisión: «Es como si estuvieras en un campo de concentración»

05 mar 2019 . Actualizado a las 20:14 h.

«A veces, adoptar no es fácil. Las instituciones deberían dar más facilidades para que la gente pueda adoptar, como a nosotros. Por mi mujer, por la situación de enfermedad crónica que padece. No se puede poner tantas complicaciones para adoptar un niño. Por desgracia, mueren muchos. Hay que cambiar un poco las cosas para que la gente adopte y adopte bien. Ser padre es lo más bonito que puede ser uno». Así se explicó ayer en rueda de prensa José Mato Roibal, el carballés acusado por la Fiscalía de Colombia de sendos delitos de tráfico de menores y falsedad documental.

Acompañado por su abogado, el colombiano César Augusto Londoño Ayala, y del portavoz de la familia, Jorge Vázquez Vila, de Espinosa & Vázquez Vila, este vecino de la parroquia Berdillo relató su complicada experiencia en Bogotá desde que el 17 de julio del 2014 fue arrestado por agentes del servicio de Migración Colombia en la terminal del aeropuerto de El Dorado con un bebé de cinco semanas en brazos: «Dura, demasiado dura. Allí dentro retrocedes cuarenta años, como si estuvieras en un campo de concentración. Una de las cosas que he aprendido en la cárcel fue rezar, que a veces me cuesta mucho. He sido fuerte gracias al apoyo recibido desde aquí. Estoy orgulloso de ser de Carballo y del apoyo recibido... Pero fue duro». Y añadió: «Me dio fuerzas saber el apoyo que recibía desde aquí para llegar lo mejor posible físicamente a Carballo, junto a mi familia».

Si José Mato relató el lado personal de este caso, su abogado analizó la situación procesal del acusado. Eso sí, Londoño Ayala rehusó hablar de qué fue lo que ocurrió exactamente en Colombia para que Mato Roibal fuese arrestado por agentes de Migración Colombia: «En esa cuestión nos abstenemos de hacer declaraciones. Las mantenemos en reserva a la espera de que sea la Justicia colombiana la primera en saber qué ha pasado. No podemos hacer manifestaciones que puedan distorsionar la realidad de la historia o se produzca una contaminación [informativa] al juez», argumentó el letrado, que llegó el pasado miércoles a España procedente de Bogotá. En todo caso negó que hubiera una compra del bebé: «Sabemos que se manejan versiones de la compra-venta de una niña, de una cuantía de euros que no está tampoco tan clara por parte de la Fiscalía, que hay dos colombianos imputados, que hay petición de penas de entre 30 y 60 años de cárcel. En Colombia se ha golpeado mucho con esa versión de los hechos pero nosotros tenemos nuestra versión. Pero en su momento ustedes se enterarán de todo», relató.

Londoño sí confirmó que José Mato irá a testificar cuando arranque el juicio oral, previsto para marzo: «Tendrá que declarar porque está implicado y su esposa [María José Tasende] tendrá que declarar en el juicio, en calidad de testigo, así como los dos colombianos también implicados», en alusión a Fernanda Serna y Jhon Alexander Oviedo, los padres biológicos del bebé registrado en su día con el nombre de Elena Mato Serna. El abogado ya adelantó ayer que José Mato no asistirá a la audiencia previa a la vista oral, fijada para el 17 de noviembre.

Sobre la posibilidad de hacerse con la tutela de la niña, Londoño se mostró muy cauto: «En principio, si triunfamos, la niña sería devuelta a sus padres biológicos. Y en este caso, por parte de José y María José, mirarían si tienen la posibilidad de lograr esa niña a través de un procedimiento y si se lo permiten por supuesto la autoridad que protege al menor en la República de Colombia. Es un planteamiento, pero, repito, no será así de fácil».

Comparecencia en Carballo

Muy sport, pero elegante, acudió ayer José Mato Roibal a la cita con la prensa. Una decena de medios de comunicación acreditados y una veintena de periodistas y fotoperiodistas esperaban ansiosos por conocer su versión de lo ocurrido en Bogotá. Pero sobre todo, saber qué tal se encontraba después de 56 días en Carballo tras lograr la ansiada libertad condicional por parte del juzgado que lleva su caso a la espera de la celebración del juicio oral. 

Mato Roibal vestía pantalón vaquero de color azul, una camisa de franjas azules y blancas y una chaqueta azul marino. Con él estaban inseparables el portavoz de la familia y representante legal en España, Jorge Vázquez Vila, y el abogado que lleva la defensa, César Augusto Londoño Ayala. 

Eran las primeras declaraciones públicas de José Mato desde que estalló su caso el 17 de julio del 2014. Jorge Vázquez dividió la rueda de prensa en dos partes. La personal, que relató el propio vecino de Berdillo, y la jurídica, que fue tratada por el letrado colombiano. 

A José Mato Roibal la voz se le quebró tan pronto como comenzó a hablar. Trató de no llorar. Pero mantuvo el temple según pasaban los minutos. Se fue acordando, uno a uno de todos aquellos que lo apoyaron en esta dura travesía por el desierto. No dejó a nadie en el tintero. Hasta se acordó del personal del Consulado de España en Bogotá. 

Demostró que es un tipo agradecido, al que la vida le ha dado un «duro golpe» del que está tratando de salir con la ayuda de sus seres queridos: «Me encuentro bien. La gente me quiere mucho, me lo han demostrado desde que he llegado. El recibimiento fue muy cordial. Siempre intenté portarme con mucha educación, como me enseñaron mis padres».

Sonrisa cómplice 

Sobre su estado de salud, el carballés dijo:  «Ahora estoy mejor, como y duermo mejor. Hasta he engordado», dijo, logrando sacar una sonrisa de complicidad de los allí presentes. También palabras de agradecimiento hacia los dueños del Hotel Punta del Este, donde se celebró al rueda de prensa. 

   Y si algo quedó ayer patente es la gran complicidad que José Mato Roibal mantiene con su abogado: «Es el que me va sacar de este lío», dijo. Estuvo muy correcto, pero también con la idea clara de no decir nada que le pueda perjudicar en este largo y complejo proceso. 

De eso se encargó César Augusto Londoño Ayala. Aportó cosas nuevas como que María José Tasende también acudirá al juicio (como testigo) y descarta que, por el momento, la Justicia colombiana solicite la extradición. Pero quedaron cosas en el tintero sin resolver 15 meses después de su arresto en el aeropuerto de El Dorado. ¿Hubo compra? ¿No la hubo? ¿ Se pagó algo, o no? ¿Qué tipo de irregularidades cometió presuntamente el imputado?

Todas estas preguntas quedaron sin responder. César Augusto Londoño no quiso valorarlas a la espera de que la jueza «sea la primera en conocer los hechos», dijo. Negó que hubiera compra-venta, pero poco más. Como un jugador de póker no quiere revelar su jugada hasta que la apuesta se haga efectiva. «Es como trabajo y es como me gusta llevar mis casos», alegó.