«Hay que estimular el lenguaje porque los niños hablan poco»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

La charla de Aloumiños para esta tarde en el Pazo da Cultura de Carballo será sobre la dislexia

27 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Pilar Vieiro Iglesias (A Coruña, 1966) es profesora titular del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación y coordinadora del grupo de investigación de la Universidade da Coruña sobre estrategias de intervención en trastornos del lenguaje oral y escrito. Esta tarde ofrecerá en el Fórum una charla sobre la dislexia, en el marco del programa de actividades de asociación Aloumiños.

-¿Cuántos disléxicos hay? ¿Hay estadísticas?

-Hay niveles de prevalencia. Está entre el 10 % y el 15 %. Otra cosa es que muchas personas tienen síntomas disléxicos. Uno de cada 5 tienen dificultades en el aprendizaje, pero los otros cuatro no.

-¿Puede confundirse con otras dificultades de comprensión?

-No es que se confunda, sino que hay una sintomatología en la que interviene el lenguaje escrito y que precisa apoyo específico. El disléxico solo tiene problemas al leer y escribir, no en la comprensión. Tienen un razonamiento lógico y un coeficiente intelectual medio o medio alto. Otra cosa es la dislexia asociada a otras cuestiones.

-¿Se cura?

-La dislexia se cura y hay adultos que desarrollaron sus grandes capacidades como Einsten o Andersen, o dicen que Picasso, aunque la dislexia no interviene en las artes plásticas. Sabemos que con la metodología adecuada y con una buena intervención psicoeducativa se pueden implementar cambios en el cerebro y es lo que mostraré a los padres en la charla de Aloumiños.

-¿Está el sistema educativo preparado para atender a estos niños?

-Sí, una vez que se ha hecho un diagnóstico correcto y se trata de un disléxico puro. Los departamentos de orientación de los centros pueden determinar los casos y hay técnicos de audición y lenguaje y de pedagogía terapéutica.

-¿Pero cada vez son menos los especialistas?

-Hasta este momento formación la había y en el ámbito universitario hay muchos especialistas. La titulación de grado de magisterio ha cambiado y ahora hay una pequeña especialización en el último curso para intervenir con estos niños, pero hay un montón de especialistas en generaciones anteriores. Hasta el momento tenemos bastantes recursos, otra cosa es cómo se reparten y cómo se aplican.

-¿Un disléxico sin tratar está abocado al fracaso escolar?

-Posiblemente. La dislexia tiene consecuencias académicas y no por las capacidades del alumno o por las dificultades de comprensión, sino por lo que hay antes de decodificación del lenguaje. Siempre les explico a mis alumnos que son como malabaristas, que fragmentan el lenguaje y que al procesarlo se saturan. Son como el payaso que anda bailando naranjas. No procesan la palabra de forma global y son incapaces de mantener todos los elementos. La cuestión es que no se produce el almacenaje y no llega la información.

-¿Cuándo deben los padres empezar a preocuparse?

-A veces los niños confunden las letras o las palabras, pero hay que esperar a la automatización del lenguaje. Hay centros en los que el proceso lector comienza a los 4 años y a los 6 está adquirido. Si en segundo de primaria los errores persisten hay que estar alerta, aunque siempre de debe mirar el entorno, porque en algunos colegios empiezan antes a leer. En general, es motivo de alarma cuando pasan dos años de la automatización de la lectura y se mantiene los errores.

-¿Hay formas de prevención?

-Antes de enfrentarse a la lectura hay que estimular el lenguaje oral, porque nos niños hablan poco y hacen mucha ficha. La lectura es un proceso de imaginación del lenguaje y el disléxico no es capaz de recuperarlo. Tienen dificultades para revertir, invierten el orden y cambian sonidos. Es importante hablar mucho porque es una manera de manejar el lenguaje en su imaginación. También es fundamental que el niño escuche de todo, no solo cuentos. Comprende las cosas porque las ha escuchado. Hay muchas cosas que se pueden hacer en casa como juegos de sonidos, palabras encadenadas .