Que una intolerancia no te amargue un dulce

CAMARIÑAS

Silvina Muñoz hace repostería para personas con intolerancias alimentarias.
Silvina Muñoz hace repostería para personas con intolerancias alimentarias. Diego Alonso

Silvina Muñoz, la mujer que está detrás de Algareira, elabora en Camariñas repostería para personas con problemas alimentarios. Todo con ingredientes de productoras de la red Fademur

03 may 2023 . Actualizado a las 13:20 h.

Por qué un diabético no va a poder comerse un pastel. O por qué alguien que sea intolerante a la lactosa no va a poder disfrutar de una milhoja. Eso es lo que debió de pensar Silvina Muñoz cuando decidió montar su negocio en Xabiña, el pueblo donde nació su marido en el concello de Camariñas. Aunque pudo haber elegido cualquier lugar del mundo con más público objetivo para sus productos, esta argentina no dudó en asentarse en una zona rural de la Costa da Morte para montar su obrador de repostería especializado en intolerancias, dietas especiales o la popular dieta keto o cetogénica (la que es baja en hidratos de carbono para primar las grasas sanas combinadas con proteína). Y por qué no. No olvidemos que el mundo es un pañuelo, pero aún lo es más con un buen servicio de mensajería a mano. Por eso no importa dónde fabrique sus pastas, porque en poco más de 24 horas pueden estar en A Coruña, Ourense, Santiago o Vigo.

«En la Costa da Morte no había nada de este tipo. ¿Por qué alguien que no pueda tomar gluten o lactosa tiene que desplazarse hasta una ciudad para comprar una tarta? Nosotros damos ese servicio, aunque es verdad que tenemos clientes de todas partes de Galicia», explica. De hecho, prácticamente toda su gama de productos puede viajar a cualquier lugar: «Una tarta de nata, a lo mejor no podemos mandarla a Vigo, pero hay muchas cosas que enviamos».

Pero no solo pensó en la Costa da Morte como el sitio en el que quería vivir, también quiso que sus postres fueran identificados con el lugar en el que se hacen. En cierto modo esa es la razón por la que sus productos fueron bautizados con el nombre de Algareira: «Era el nombre de una línea de productos que hacíamos con algas, pero luego se quedó como nombre para todo», cuenta.

El que recibe en casa una caja de productos de Algareira sabe de dónde vienen. En su catálogo no faltan los bombones con forma de percebe, el budín de algas, unas galletas que llevan el nombre del Prestige, rosquillas de mar o Vilanos, una galleta de té esponjosa y crocanti que, con su forma y las algas, recuerdan las vistas del primer faro eléctrico de España, el Faro Vilano.

Su trabajo por la puesta en valor de la artesanía gallega desde su obrador de Camariñas fue reconocido por la Federación de Asociacións de Mulleres Rurais (Fademur) y la Deputación de A Coruña con motivo de la celebración del Día da Muller Rural. Pero la contribución de Algareira al desarrollo de los pueblos no se queda en la Costa da Morte. Va más allá: «Procuramos que todos los productos que usamos en nuestro obrador mixto sean ecológicos, además de ser producidos por mujeres que pertenecen a la red de Fademur», explica.

No todo puede ser de productoras gallegas porque, por ejemplo, frutos secos apenas se cultivan en Galicia, pero son de productoras locales de otras partes de España. Todo lo hace en red.

El buen hacer de Algareira en favor de la alimentación saludable también lo muestra enseñando a elaborar platos saludables, en colaboración con sanitarios do hospital San Juan de Deu y la Fundación Alicia, a familias que tienen algún miembro con una intolerancia alimentaria o que han de hacer dieta estricta y elaborar platos saludables. Para que a nadie le amargue un dulce.