Una banda organizada saquea el marisco de las playas de Camariñas

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

ANA GARCIA

Los vigilantes intervinieron tres rastros ocultos entre la vegetación por la zona de Leis

01 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estamos convencidos de que é unha banda organizada de fóra, porque baixan de noite, coas luces dos coches apagadas, pola banda de Leis que é a máis complicada e na que menos se ve e aproveitando mareas grandes», explica el patrón mayor de Camariñas, Ramón Lema, en relación a los episodios de furtivismo que están sufriendo los mariscadores de bivalvos de la cofradía y que se suman a los ataques a los bancos de percebes.

De hecho, ayer mismo los vigilantes de la cofradía acudieron a esta zona para retirar tres rastros, de los que se emplean para la extracción de almeja y berberecho, que se encontraban ocultos en la maleza y dispuestos para ser utilizados.

«A vixilancia funciona moi ben, estamos moi contentos con eles porque se portan de marabilla e tratamos de ter todo controlado, pero o control do 100 % en todos os sitios é imposible», asegura Lema, quien da por hecho que «antes ou despois» encontrarán a los responsables.

Uno de los profesionales que se ocupa de esta vigilancia, y que pide la reserva de su identidad, detalla que los furtivos «hacen todo lo posible para dificultar» su labor y, es más, también los controlan a ellos para saber dónde están y poder apoderarse del marisco impunemente. «Suelen ir por la noche, con poca luz y a la zona en la que hay una menor visibilidad. No respetan nada, todo lo que encuentran se lo llevan para casa y muchas veces por encargo. Si la gente se concienciase realmente de no comprar marisco ilegal estas cosas no pasarían», afirma el trabajador que da por hecho que aquí no se trata de una acción a pequeña escala para consumo propio, sino una verdadera actividad mercantil, que le reporta importantes ingresos a sus autores.

Esquilmadas

Para ellos la labor se antoja más que complicada, porque tienen que dar una cobertura de 24 horas, con turnos rotativos y cambiar constantemente de rutinas y de lugares de acceso, para no ser descubiertos antes incluso de que se acerquen a las playas.

Entre los profesionales del marisqueo este tipo de incidentes tampoco pasan desapercibidos, porque en más de una ocasión se quedan perplejos al ver como zonas de trabajo en las que ellos llevan tiempo sin extraer el marisco aparecen completamente esquilmadas. De ahí que el asunto de la vigilancia en la cofradía de Camariñas como en otras muchas de la zona se haya convertido en un tema de capital importancia ya no para ganar sumas importantes de dinero, sino simplemente para poder mantener el puesto de trabajo frente a los furtivos.