Entidades y personas concienciadas limpian la basura en zonas públicas

Santiago Garrido Rial
S. G. RIAL CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

Mar de Fábula y vecinos retiraron ayer cerca de 500 kilos en Camariñas

28 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un movimiento que no para: colectivos y personas conciencias con el medio ambiente que dedican parte de su tiempo libre a limpiar determinadas zonas públicas, desde los cauces de los ríos, a las playas o los puertos. Entidades como Senda Nova o Mar de Fábula, además de sociedades de caza y pesca y grupos ecologistas, con su red de socios y voluntarios, realizan una labor impagable sacando basura del medio natural y depositándola en los colectores apropiados para su reciclaje y tratamiento.

Mar de Fábula, por ejemplo, ayudado por un grupo de vecinos, realizó ayer una nueva limpieza en un puerto de la zona, en este caso en el de Camariñas. Comenzaron sobre las 10 de la mañana y consiguieron sacar de la ribera cerca de 500 kilos de residuos. Aprovecharon que había marea baja, y además viva, para escudriñar más el litoral. Sacaron de todo: mucho plástico, restos variados... Xosé Manuel Barros, presidente de Mar de Fábula, señalaba ayer que la basura ejerce un efecto negativo en doble sentido. Por una parte, contamina el agua, generalmente con objetos atrapados en el fango del fondo, «pero además ten un impacto visual desagradable». Alertó sobre la necesidad de «coidar o quilómetro 0» de Camariñas, que es el paseo de la fachada marítima el puerto, como también lo es en otras muchas localidades de la Costa da Morte. Y agradeció la colaboración de los vecinos que participaron, tanto en las tareas de limpieza como en la posterior distribución de los restos. Portos había dado el permiso a esta acción medioambiental, y el Concello de Camariñas aportó los medios y el soporte logístico imprescindible. Barros confía, además, en que en próximas iniciativas de limpieza la participación ciudadana sea más elevada.

Por otro lado, el sábado, en la limpieza realizada en Laxe, apareció de todo: 31 latas de bebidas, 17 botellas de plásticos, 560 colillas, 35 trozos de madera procesada, 57 bastoncillos de algodón, 25 pajitas, tres aplicadores de tampones, una jeringuilla, 44 palitos de chupas, seis envases de lentillas, ocho botellas de vidrio, 84 tapones de botellas, cinco trozos de ropa, cinco kilos de compresas y toallitas húmedas, y doce de cabos, cuerdas o cordeles.

«Cambio de rumbo», el lema de iniciativas de la declaración de Camariñas

Aunque visto desde fuera puedan llegar a confundirse, la iniciativa de ayer era una de tantas que ha liderado Mar de Fábula en beneficio de la Costada Morte. Justo el día anterior, el sábado, participaron en otra limpieza en Laxe, y esta sí formaba parte de las programadas a raíz de la Declaración de Camariñas, en las que el sector pesquero y marisquero juega un papel muy importante. En principio, habrá una cada mes, y la siguiente será en Malpica, en la segunda quincena de noviembre, ya con el nuevo lema, que se verá en una gran pancarta con una declaración de intenciones: Cambio de rumbo.

Muchos otros siguen el camino contrario y la arrojan en cualquier lugar 

Si bien el trabajo que realizan algunos colectivos y muchas personas a título particular es encomiable, existe también la parte contraria: aquellos a los que el medio ambiente no les importa lo más mínimo y abandonan residuos de todo tipo en medio de los montes, en cunetas o incluso en solares y campo abierto. Un problema que ha ido a menos, pero que aún existe, y no es necesario acudir a los ejemplos de grandes objetos abandonados: vale también para los pequeños detalles de quienes, conduciendo, arrojan un plástico o una lata por la ventanilla, o aquellos que, en las terrazas o puertas de los bares, tiran las colillas al suelo a pesar de tener un cenicero a escasa distancia.

Puede que haya relación entre este tipo de comportamientos y el de aquellos que, estos últimos días, arrojaron todo tipo de material al lado de un camino forestal en Erbecedo, Coristanco. Tiene pinta de proceder de un taller o similar: bidones grandes y pequeños con aceite usado, latas, neumáticos de varias medidas, piezas de vehículos (parrillas, faldones, tubos de escape...), bolsas con diversos objetos... Todo ello, repartido en tres puntos principales. Los elementos más peligrosos son, con diferencia, los aceites. Todo ello, situado en a pocos metros de la carretera que enlaza Silván con Coristanco.

En Coristanco, los problemas de residuos abandonados ya vienen de lejos. Justamente esta semana pasada el alcalde, Juan García, dictó un bando en el que recuerda que existe un servicio de recogida a domicilio de voluminosos para quien no pueda transportar los objetos al fijo, al lado del edificio de servicios múltiples.

De todos modos, el problema es general, no de un concello. Ayer trascendió la existencia de un pequeño vertedero de electrodomésticos situado entre O Sisto y la urbanización de Riotorto. Lleva ya mucho tiempo, y entre el óxido y la maleza parece que se va camuflando, pero los objetos están ahí.