Peligra la continuidad del puesto de la Guardia Civil en Camariñas

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

Diego Alonso Freire

El contrato de arrendamiento del bajo que ocupa el cuartel concluirá en noviembre del 2020

13 oct 2019 . Actualizado a las 21:18 h.

La continuidad del puesto de la Guardia Civil en Camariñas está en entredicho. El cuartel, ubicado en la céntrica rúa Constitución números 8-10, y con 25 años de antigüedad (desde 1994), no tiene garantizada su actividad para más allá de noviembre del 2020, fecha en la que vencerá el contrato de arrendamiento -450 euros al mes de alquiler- que el instituto armado firmó con el propietario del inmueble, según confirmaron fuentes municipales. Es más, desde hace más de tres meses los dos vehículos patrulla estacionan en dos plazas habilitadas por el Concello en el tanatorio de Camariñas, después de que los coches se guardaran de forma gratuita durante años en un garaje cedido por un particular. Todo apunta a que los continuos problemas mecánicos en los vehículos, en gran medida, por la existencia de ratas, obligó a este cambio de ubicación.

Toda esta polémica con la continuidad, o no, de la Guardia Civil en Camariñas surgió hace poco más de un año cuando se presentó en el consistorio un proyecto de construcción de un ascensor en el edificio en el que se ubica el bajo que alberga el cuartel. La obra conllevaba una pequeña reducción del espacio habilitado, que, en la actualidad, cuenta, entre otras estancias, con dos pequeños calabozos, tres baños, una zona de vestuario, la oficina del sargento (comandante de puesto) y una sala para presentar las denuncias.

De hecho, algún mando empezó a buscar posibles emplazamientos alternativos que cumplieran con los requisitos que exige la normativa en materia de seguridad y de preservar el anonimato (en el caso de las denuncias por violencia de género). Además de ofrecer un mayor espacio, la instalación debería incluir plazas de aparcamiento para los vehículos patrulla.

Posibles alternativas

Una de las primeras alternativas barajadas fue A Ponte do Porto, localidad más próxima a Vimianzo. Sin embargo, no se localizó ni un solo local que cumpla con todas estas expectativas. Y como suele suceder en estos casos (como ocurrió en su momento con Malpica), el Concello de Camariñas debería asumir el coste del local y ceder las instalaciones de forma gratuita al instituto armado, que se haría cargo de lo que es el mantenimiento y la limpieza del cuartel.

Pero el Ayuntamiento no tiene ninguna instalación que pueda ceder a la Guardia Civil. Es más, recuerdan que tanto Protección Civil como el almacén del servicio de obras se ubican en naves por las que el Concello abona un alquiler cada mes.

Así las cosas, el ejecutivo local estudia posibles alternativas, como habilitar un espacio en el consistorio mediante la realización de unas obras, aunque esta opción se encuentra en fase muy embrionaria. De hecho, desde hace tiempo empezó a surgir el runrún de que en caso de que en noviembre del 2020 no se haya concretado una alternativa viable, los ocho uniformados (un sargento, un cabo y 6 guardias) podrían ser trasladados de forma provisional al destacamento de Vimianzo, ubicado a unos 25 kilómetros de Camariñas.

Por su parte, ni la alcaldesa de Camariñas, Sandra Insua, ni en el instituto armado han querido dar su versión oficial sobre este tema.

Una problemática similar a la ocurrida en el destacamento de Malpica 

Las dudas sobre la continuidad de un puesto de la Guardia Civil de la V Compañía con base en Carballo no son nuevas. Hay antecedentes y muy próximos en el tiempo. Sin ir más lejos en Malpica vivieron un escenario muy similar al que ahora se vislumbra en Camariñas.

Las primeras alertas saltaron octubre del 2014, cuando se habló de un posible traslado a Cabana. Pero la alarma se apagó hasta que en enero del 2018 el entonces portavoz de AIM, Alfredo Cañizo, denunció públicamente que el instituto armado tenía la intención de abandonar la localidad porque el puesto carecía de unas instalaciones mínimas y decentes para desarrollar su trabajo. Tras muchas negociaciones y numerosas llamadas de teléfono Concello y Comandancia alcanzaron un acuerdo para que el cuartel continúe en su actual emplazamiento. Eso sí, a cambio de unas mejoras en las instalaciones, situadas en el bajo del consistorio, con cargo a los fondos municipales.