Los hijos de Tatiana inician curso con casa nueva en Camelle

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

BASILIO BELLO

La respuesta solidaria de los vecinos permite que el sábado esta familia que perdió al padre pueda tener su propia vivienda

11 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El sábado por la tarde la Asociación de Veciños A Pergoliña de Camelle hará entrega a Tatiana Alves y sus hijos de la casa que, producto de la solidaridad del pueblo y de otras muchas personas de dentro y fuera de la comarca, acogerá a esta familia que perdió al padre, José Secundino Suárez, a finales del 2017.

La repentina muerte del marinero, que solo tenía 37 años, fue un golpe muy duro, para los suyos por supuesto, pero también para todo Camelle, que ahora trata de resarcirse de la pérdida. Hicieron falta casi dos años de espera, porque la intención era muy ambiciosa: comprar una casa en ruinas y convertirla en una vivienda. Pero lo han conseguido, y además en unas fechas simbólicas, porque coinciden con el inicio del curso que empieza hoy, con lo que los niños de José Secundino y su madre reciben el nuevo año escolar con una casa propia, que era la máxima ilusión vital del marinero fallecido.

Unas cuestiones relativas a la instalación del gas, según explican desde A Pergoliña, impidieron que la entrega se hiciese justo con el inicio de curso, con lo que hubo que esperar unos días, aunque ahora eso es lo menos. Lo más es que el objetivo está logrado, con la casa plenamente habitable (andan estos días con algunos accesorios de baño), y lista para entregarla.

«Foi moi longo, para eles sobre todo, pero tamén para nós», explica María José Sánchez, una de las promotoras de la iniciativa solidaria desde A Pergoliña. Tienen todos los cabos atados, incluida una cantidad sustanciosa para pagar en impuestos y correr también con los gastos de notaría y demás, ya que, desde el principio, la idea fue dejarle la vivienda a la familia libre de cargas. De ahí que, en breve, ya que al estar el mes de agosto por medio se retrasó algo, puedan hacer también efectivo el registro de la propiedad, que quedará a nombre de los niños con su madre como usufructuaria.

La razón de organizar un acto público para la entrega -algo que en principio no estaba previsto porque la asociación vecinal tampoco busca publicitarse- es la transparencia. «Queremos que a xente vexa, e explicarlle con detalle, a onde foron a parar os seus cartos. Nós non temos nada que agochar, e como nestes casos de axuda solidaria moitas veces créanse dúbidas sobre se o diñeiro vai realmente destinado a aquilo para o que se dá, pretendemos que estea todo claro», recalca Sánchez.