El control del furtivismo abre otra grieta en la agrupación camariñana

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

Un vigilante de la cofradía de Corme, ayer, en el entorno de Niñóns.
Un vigilante de la cofradía de Corme, ayer, en el entorno de Niñóns. BASILIO BELLO

Un grupo de mariscadoras protesta por tener que realizar labores de vigilancia

27 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El patrón mayor de Camariñas, Ramón Lema, ha advertido que los mariscadores que no participen en las tareas de vigilancia podrán ser objeto de la «apertura dun expediente disciplinario que podería rematar coa imposición, polo órgano competente, decisorio, dunha multa económica ademais dunha posible indemnización por danos e prexuízos que puideran ocasionarse». Es la respuesta del presidente de la cofradía a las quejas de un grupo de profesionales encabezado por Amalia González, que es la portavoz del sector crítico.

La mariscadora se quejan de que en el contrato de los guardias no se tengan en cuenta las mareas y que deban ocuparse de la vigilancia los sábados y domingos. «Tranquilos, que só quedan 44 meses de gardas, 2.288 fins de semana. Así, pois, todo aquel que votou a favor que vaia empezando as gardas», dice Amalia González, quien reclamaba un documento sobre las exigencias del patrón mayor. «Os rebeldes coma min querémolo por escrito, queremos saber con cantos compañeiros nos tocan e quen son, que horario temos, que praia, como nos desprazamos, se hai incidencias a quen chamamos e se temos un accidente a quen lle pedimos responsabilidades», añade.

En este sentido, el patrón mayor informa de que estarían cubiertos por el ISM y cita sentencias del Tribunal Supremo, aunque no parece que la nota vaya a mejorar las relaciones en el seno de la agrupación.

Ana Garcia

«Se podemos vender a 9 non imos facelo a 1,8»

Los mariscadores de Camariñas llevan desde el día 28 de diciembre sin ir a faenar. Para el patrón mayor de Camariñas, Ramón Lema Romero, es lo que hay que hacer y hay motivos sobrados para mantener los bancos cerrados. «Se podemos vender a 9 euros non imos facelo a 1,8», asegura. Para justificar su decisión no ha elegido cifras al azar, sino auténticos precios del berberecho de Camariñas durante el año pasado. Es cierto que la cotización bajó por debajo de los dos euros y se disparó hasta los 9. Sin embargo, reconoce que la escasa producción de la ría no permite controlar los precios, como pueden hacer en Noia.

Según explica Lema Romero, las escasa capacidad de la agrupación para hacer presión sobre los compradores se compensa con información. «Chamamos antes para preguntar qué prezos haberá e se hai moito material no mercado», explica. No se trata de una ciencia exacta, pero permite saber por dónde van los tiros. «Estamos en xaneiro, despois do Nadal, coas rebaixas... Non hai un carto, non é o mellor momento para recoller o berberecho», asegura.

Además, Ramón Lema añora la paz social. «Non quero enfrontamentos, todos somos veciños, porta con porta, e dame moita rabia que non me saúden por este motivo. Isto é de todos e todos temos que traballar para mantelo», sostiene el mariscador.

BASILIO BELLO

El buen estado del mar obliga a cuidar la costa con mayor dedicación

Hace un par de días, cuando olas de varios metros de altura rompían violentamente contra las rocas la presencia de furtivos era mínima, pero ayer el mar estaba como un plato, lucía el sol y era sábado, por lo que vigilantes y mariscadores tuvieron que emplearse a fondo. En varios puntos de la costa era posible observar las evoluciones de personas que aparentaban estar mariscando, algo que no se puede hacer en fin de semana ni siquiera con carné.

En algunas concesiones la vigilancia funciona mejor que en otras. Eso tiene que ver con la cantidad de vigilantes y con la labor que realicen los mariscadores. El mínimo necesario para conseguir una buena cobertura son tres guardas, a tres turnos de 8 horas, pero hay que tener en cuenta las vacaciones, los descansos de fin de semana y las bajas. Algunas cofradías organizan los horarios en función del horario de las mareas, pero no resulta sencillo porque los vigilantes también tienen derechos laborales y ya ha habido conflictos por esta cuestión. Otro problema habitual son las amenazas.