Un mes de búsqueda de un cuerpo que apareció a 400 metros de donde cayó

j. v. lado. / t. longueira CEE, CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

Ana García

El cadáver del joven ecuatoriano Jefferson Stalin Rueda que participaba en una quedada de pesca deportiva fue hallado ayer en Camariñas

30 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Que nos ayuden a encontrarlo para llevarlo a un lugar a donde ir a llorarlo», pedía casi a la desesperada hace ya tres semanas Sonia, la tía de Jefferson Stalin Rueda Guamán, el joven de origen ecuatoriano cuyo cuerpo sin vida fue localizado ayer en Camariñas, un mes después de que cayese al mar mientras participaba en un campeonato de pesca.

La familia ha pasado todo este tiempo en medio de una insoportable incertidumbre, porque hasta el momento no había aparecido ni una sola prueba -la caña, una prenda de ropa...- que acreditase el fatal desenlace. De hecho, su madre pedía este mismo miércoles en las páginas de La Voz, apenas 24 horas antes del hallazgo, «por lo menos la certeza de que alguien lo viese caer».

De ahí que ayer las escenas de extremo dolor protagonizadas por sus familiares, que se desplazaron desde la comarca de Santiago, donde viven, tuviesen también una parte de alivio, por suponer el fin de una pesadilla que parecía no acabar nunca y que ayer lo hizo al filo de las 10.15 horas. Un vecino, que acostumbra a pasear a diario por esa zona del Mirador do Castelo, se topó con un cuerpo flotando en la playa de O Pino de Portocelo, no lejos del casco urbano de Camariñas y tampoco de la zona donde se especulaba que podía haber caído al mar, porque tampoco nadie fue testigo del accidente.

«De onde parece que caeu a onde estaba debe de haber uns 400 metros máis ou menos en liña recta», explicaba ayer por la tarde el patrón mayor de la localidad, Ramón Lema Romero, que se hacía eco de la hipótesis más probable que maneja la policía judicial de la Guardia Civil y los servicios forenses sobre la causa de la muerte. «Supostamente debeu levar un golpe e o mar arrastrouno para o limpo. Por onde nós buscamos non estaba, pero o máis seguro é que estivese alí todo o tempo, porque nesa zona o mar case non se move e foi agora con estas correntadas cando se viu», añade.

La voz de alarma del vecino, que vio el cadáver desde la pista por la que paseaba, puso en alerta a los servicios de emergencias y también a la alcaldesa, Sandra Insua, que ha estado acompañando a la familia en todo este trance, como de hecho le quiso agradecer la madre del fallecido.

Aunque las pruebas forenses deberán determinar de manera definitiva la identidad de la víctima, debido al tiempo que el cuerpo lleva en el mar, la ropa de pesca que todavía conservaba ya sirvió en un primer momento para dejar pocas dudas de que se trata del pescador de 24 años desaparecido el 28 de octubre.