El cierre del marisqueo eterniza el conflicto de la cofradía de Camariñas

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

Ana Garcia

El patrón mayor es ahora blanco de las críticas que antes encabezaba contra su antecesora

23 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La concordia y el cese del enfrentamiento entre bandos en la cofradía de Camariñas parece, cuando menos, igual de difícil que antes de que se renovasen los órganos directivos, sobre todo en lo que tiene que ver con los mariscadores, que es donde más falla el entendimiento.

Apenas un mes después de acceder al cargo de patrón mayor, Ramón Lema Romero, que está llevando a cabo una labor de revisión muy crítica con la herencia recibida de su antecesora, Dolores Bermúdez, se ha convertido en el blanco principal de las críticas que antes corrían a cargo del grupo liderado por él.

El último episodio de enfrentamiento acaba de llegar a cuenta de la decisión de cerrar la extracción de berberecho por su bajo precio. Amalia González, patrona de una embarcación tripulada por otras dos mujeres aunque realmente las tres trabajan a pie, denuncia, como miembro de la junta general, que se les tenga en cuenta en estas decisiones, cuando su equipo, como otros, no se dedican a nada más que a esta labor y no pueden paliar las pérdidas despachando para otra arte. «Por iso quero mostrar o meu malestar e máis o de outros compañeiros -non de todos- por non ter tan sequera unha reunión cos mariscadores. Nós non temos nada que dicir. Decidiron e xa está. Dinnos que a decisión a tomou o cabildo cando polo menos a dúas persoas das que o integran nin tan sequera as convocaron. Din que non fai falta que chega coa presidenta das mariscadoras, que leva dous anos de baixa, e a secretaria, que tamén está de baixa dende fai unha semana», se queja González, para quien el bajo precio no puede ser una excusa. «Temos vendido o berberecho no Nadal a 1,8 euros e agora estano pagando a 3,4. En dúas horas collemos o tope e facemos 44 euros, que o meu home non os fai no seu traballo», detalla la mariscadora, que no está de acuerdo con la enmienda a la totalidad que la nueva directiva está haciendo del trabajo de la anterior. Considera que si se dejaran asesorar algo por el equipo saliente se habría evitado en parte el «autentico caos que é a lonxa», pero en lugar de iso han decidido «contratar a un asesor xurídico que cobra 500 euros ao mes e nos atende por teléfono».

El patrón mayor, por su parte, explica que a nadie le gustaría más que a él poder mariscar, porque en su casa son cuatro personas las que trabajan en esto, pero «non podemos tirar co marisco». A su juicio, los bancos están «coma se pasase o cabalo de Atila», porque «isto é coma as patacas, se non as sementas non as collas». De ahí que entienda que comercializar berberechos «a tres euros é malvendelos».

Es más, asegura que no entiende la posición de González y de los críticos. «Esta rapaza anda por aí dando conferencias sobre o marisqueo. Creo que foi a Bruxelas e iso. Entendo que é para falar ben do noso produto e non creo que sexa falar ben del tirando co pouco que temos», añade Lema Romero, que se muestra partidario de guardar el recurso para cuando alcance una mayor cotización. «Eu entendo que a xente queira traballar, porque tamén quero traballar eu, pero temos a herdanza que nos deixaron e non podemos facer outra cousa», concluye el patrón mayor, que tiene varios frentes más abiertos. Al margen del asunto de la fábrica de hielo, ya comentado estos días, siguen con los problemas de filtraciones de agua en el edificio de la cofradía, las averías de equipamientos que son básicos y con muchas críticas de artes menores contra las cuerdas del cultivo de mejillón.

Los profesionales de la zona tienen varios frentes abiertos con la Consellería do Mar

La Consellería do Mar tiene por delante un trabajo intenso en la zona si quiere resolver, con cierto entendimiento con los profesionales, determinados problemas que se han suscitado en los últimos meses. El primer, sin salir ya de Camariñas, es el de los long line, que es como se llaman las cuerdas experimentales de cultivo de mejillón, en un proyecto conjunto de la cofradía local, la de Muxía y de la empresa Cerdeimar. «Xa sabemos que quitar non as van quitar, que a decisión está tomada, pero polo menos que afecten o menos posible, porque por moito que lle poñan redes para que non caia a cuncha e iso, a natureza traballa e son moitas as familias: nasas, navalla, marisqueo... que dependen do traballo nesa zona», dice el patrón mayor.

Otra de las patatas calientes son los planes de explotación del longueirón, sobre todo en Fisterra, donde la decisión de prohibir el aire ha caído como una bomba.

Ambas cofradías tiene pedidas desde hace semanas entrevistas sin respuesta alguna por ahora.