En homenaje a los náufragos del Serpent

Juan Campos ESCRITOR

CAMARIÑAS

23 ene 2019 . Actualizado a las 21:03 h.

El crucero lanzatorpedos Serpent de la Marina Británica naufragó en Punta Boi, Camariñas, un diez de noviembre de 1890 a las diez y media de la noche. De sus 176 tripulantes solo se salvaron tres. Se recuperaron 142 cuerpos, que fueron enterrados allí mismo, en lo que hoy se conoce como Cementerio inglés. Hace once años, en el 2008, propuse realizar un homenaje, en la misma fecha y hora del naufragio, en aquel inhóspito lugar, a todos los náufragos de la Costa de la Muerte.

Aquella noche fuimos allí cinco personas a depositar unas flores: los miembros de la Real Liga Naval Española José Manuel Pato y Oscar Rodríguez; el periodista de La Voz de Galicia Pepe Ameixeiras, el fotógrafo Juan Varela y el autor de estas líneas. Cuando se le propuso a alguna autoridad local que participase en tan quijotesca ceremonia en tan extraño lugar, fecha y hora, su respuesta fue lapidaria: «Aún no me he vuelto loco». Sin embargo, en su honor cabe decir que participó en los homenajes de años posteriores. En la actualidad son muchos los locos que se acercan a Punta Boi a recordar el drama nocturno del Serpent y de todas las demás víctimas de esta costa. El Concello organiza actos sobre los naufragios durante dos días, que incluyen teatro y coros bajo el manto de la noche en el propio Cementerio inglés.

El interés por la historia naval ha crecido en Galicia y el resto de España en estos años. Es de celebrar que actualmente, todos los domingos, dos series de televisión, una de la TVG y otra de TVE 2, coincidan en narrar algunos de los naufragios ocurridos en la Costa de la Muerte.

Este sábado a las nueve de la noche volveremos a reunirnos en Punta Boi para revivir la aventura trágica del Serpent. Conocer las vivencias de estos marinos transforma el propio paisaje que contemplamos, lo enriquece y ejerce sobre el alma un atractivo mayor cuando se recorre. No ve la misma costa quien conoce estas historias de barcos destrozados por los escollos que quien las ignora. Durante estos once años las noches de noviembre en el Cementerio Inglés nos han regalado todas las experiencias climáticas, desde temporales de viento y lluvia horizontal, parecidas a las sufridas por los náufragos, a noches estrelladas y calmas, de belleza serena.

Haga el tiempo que haga, los locos de los naufragios estaremos allí otra vez.