La sardina esquiva las redes en vísperas de la noche de San Xoán

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

CAMARIÑAS

Ana Garcia

En Camariñas no se descargó ni una sola caja y los cerqueros de Malpica vendieron en la lonja de A Coruña

22 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Como si de un conjuro se tratase, la sardina, que pese a la restricción de cupos llegaba en abundancia a las lonjas de la comarca a principios de semana, escasea ahora, precisamente cuando comienza a apilarse la madera para hacer las hogueras junto a las que debe asarse este pescado para dar la bienvenida al verano.

Como ejemplo vale la rula de Ribeira, en la que el miércoles se subastaron 7.365 kilogramos y, ayer, únicamente 1.950. La cantidad fue inferior en Portosín, por donde solo pasaron 1.600 kilos.

Eso sí, su coste ha subido exponencialmente a medida que descendían las capturas. El martes y el miércoles, las cajas de 15 kilos se vendieron en la lonja ribeirense a una media de 21 euros, mientras que ayer la cotización fue de 55. Es decir, que el precio se duplicó en 24 horas. Lo mismo ocurrió en Portosín, donde por la partida más cara se pagó a 3,20 euros el kilo, frente a los 1,50 euros de la jornada anterior.

Tampoco en Camariñas hubo ayer sardina. Ni la primera entró en la lonja y para hoy tampoco la esperan. En Malpica ya no se vende, si no que los cerqueros con base en este puerto acudieron al Muro de A Coruña, como viene siendo habitual. No les fue tan mal como a sus compañeros de sur.

Viento y mala suerte

Explicar las causas de la repentina desaparición de la reina de la noche de San Juan no es sencillo porque, dicen los marineros, «o peixe vai e vén».

Quienes faenaron en la zona de A Coruña, como el amador del cerco de Portosín Eduardo Carreño, explicaron que «hubo mucho viento, algunos barcos ni tan siquiera pudieron largar». En su caso, comentó que no consiguió capturar sardina y afirmó que se preveía que el viento arreciara más en las jornadas siguientes.

Distintas fueron las cosas para quienes faenaron en la zona de Fisterra, como la tripulación del Manilo, que regenta Francisco Ayaso. Afirmó que «a noite estivo calma, pero o peixe non se deu. Os barcos largaron, pero non colleron. Son especies peláxicas e un día danse, e outro non».

Mientras tanto, las plazas de abastos vivían una situación atípica. Tanto en Boiro, como en A Pobra y Ribeira, el kilo de sardina continuaba ayer a 5 o 6 euros, como si la escalada alcista experimentada en las lonjas no fuera con ellas. El mismo precio llevó en la plaza de abastos de Carballo, donde ayer fue jueves de mercado.

El placero ribeirense José Ramón Vázquez aseguraba: «Que vou facer se a venden no supermercado a 3 euros?». También en el mercado ribeirense, Mónica Luna subrayaba que el bajo precio de estas jornadas ha favorecido las ventas: «Algunas personas la han llevado para congelar, porque tiene mucha grasa y por un par de días refrigerada no pierde la calidad». A su comentario apostillaba una compradora: «Deixa que vaia barata. Despois de non comela en todo o ano, agora imos meternos en fonduras».

Otras pescantinas, como la boirense Irene Ríos, subrayaban: «Este ano tiven moitísimos pedidos». Lo mismo ocurre en Carballo, donde acumularán para vender hoy y mañana».