Mariscadores de Camariñas llegan al borde de las manos por sus diferencias

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

FERREIRO

La agrupación está enfrentada por los días que van a faenar y los que no

09 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Que no hay buen ambiente en la agrupación de mariscadores de Camariñas es una realidad más que conocida en el pueblo. Sin embargo, las tensiones, los bandos y los enfrentamientos nunca habían llegado al extremo del lunes por la noche, en el que un grupo importante de profesionales -defienden que son la mayoría- se concentraron ante la cofradía para protestar contra la decisión de la presidenta de la asociación, Estrella Lema Rojo, de no salir a mariscar en la jornada de ayer y dejar la faena para el jueves. Los ánimos estaban caldeados y al borde de las manos, con lo que, aunque no hubo que lamentar incidentes graves, sí tuvo que intervenir la Guardia Civil para aplacar la trifulca ya casi al filo de las once de la noche.

Todo el problema, al margen de las rencillas y la disparidad de criterios que ya pudiesen existir antes, se debe a que una parte de los profesionales, animados por el buen precio y el excelente producto que están obteniendo, querían seguir trabajando ayer. Sin embargo, Lema, en base a lo que le dijeron sus compañeros a pie de playa -ella está de baja- decidió que era mejor no ir hasta el jueves, porque las condiciones de la marea son malas, preveía que no todos los compañeros iban a conseguir los topes y, además, tenía informaciones de que el precio iba a bajar.

Sin embargo, según explica el secretario de la agrupación, José Ramón Lema Romero, la mayoría no están de acuerdo con esa decisión. Consideran que hay que aprovechar estos días en los que Noia está cerrado y obtienen buenos precios, más que nada porque esos condicionantes de la marea eran perfectamente asumibles, cambiando el punto de carga o transportando a los compañeros en lancha para que pudiesen cruzar a la zona de trabajo. De hecho, ofreció su propia embarcación para ello o para devolver al mar el berberecho más pequeño, que queda después de cribar el mejor, que destinan a la venta.

«Os mariscadores non se senten representados. Levamos dous anos loitando e isto vai a peor. O único que pedimos é que se nos deixe traballar, porque o río non ten dono e a marea si que daba para traballar, porque podiamos cruzar coas lanchas ao outro lado ou podíase ir pola banda de Leis», se queja el secretario, que cita su caso particular: «Nós somos catro, a cento e pico euros cada un, alá van 500 euros que podiamos facer, porque cando hai que aproveitar é agora, que leva moi bo prezo. Despois obrígasenos a ir por 200 gramos, porque os de a pé necesitan xustificar unha serie de días para renovar o permiso», concluye Ramón Lema, que incluso denuncia situaciones mucho más graves como que se «está vendendo marisco por fóra, a maiores dos topes».

La presidenta asegura que actuó por lo que le dijeron sus compañeros en la playa, que el lunes se tuvieron que quedar hasta el final y acabaron a las siete de la tarde [el límite son las seis]. De ir ayer, con las condiciones de marea previstas, no iban a finalizar antes de las ocho. «Eu fieime na xente que tiña traballando, porque para hoxe [por ayer] non daban mar. Ademais tiña constancia de que non o ían pagar ben, porque onte [el lunes] xa baixou un euro. Non se podía cruzar e, á parte, o mar non devala nada, co cal o pequeno moito había que tiralo en terra, case nas pedras», detalla Lema, que defiende su actuación, al tiempo que muestra el hartazgo que tiene con este mal ambiente. «Levamos así catro anos. Eu fíxeno o mellor que puiden e que souben; non para min, para todos os meus compañeiros, e o que quero é que isto acabe xa. Para min mariscar, máis que traballar, era unha diversión. Era unha marabilla, ía para a praia encantada e agora temo o día de volver, por culpa destas historias», concluye.

El enfrentamiento surge cuando mejor les podía ir a todos

Los mariscadores de Camariñas, que en los días más fuertes llegan a ser más de 80, ayer al final no fueron a trabajar. La patrona mayor los reunió en la cofradía, votaron los seis miembros de la directiva: tres a favor y tres en contra, con lo que decidió el voto de calidad de la presidencia.

Curiosamente, todo este enfrentamiento llega cuando tienen las mejores condiciones para trabajar el berberecho que recuerdan. Noia, que marca el mercado, está cerrado y en Camariñas cuentan con producto, y además de muchísima calidad.

Según explica la presidenta de la agrupación, Estrella Lema, el éxito tampoco es casual, sino que responde al trabajo que hay detrás y particularmente al uso de la zaranda. Se trata de un utensilio, al estilo de una criba como la de la harina, pero con mallas de plástico de mayor tamaño, por la que pasan todo el producto recogido. Con los meneos y también con el cribado que hacen con las manos, solo queda el berberecho de mayor tamaño y desprovisto de impurezas, mientras que el pequeño se devuelve al mar para que siga engordando.

Es una tarea ardua -de hecho Lema atribuye en parte a esto los problemas que tiene en los brazos- porque implica pasar muchos cientos de kilos para quedarse con 14 por mariscador, pero da resultado. De hecho, la presidenta explica que no todo el mundo hace igual esa labor y los que se encargan también están cansados de acometerla.

Dos datos

9,50 € el kilo: Récord histórico. Nunca el berberecho de Camariñas había tenido tan buena cotización como el viernes.

133 € por persona: 14 kilos de tope. Con los 14 kilos que tienen fijado de tope cada mariscador llegó a ganar al día 133 euros.