Camariñas podrá por fin decir adiós al velero Loffen, abandonado desde hace años en el pantalán

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

JORGE PARRI

Portos de Galicia ha resuelto vender la embarcación o, en su defecto, llevarla al desguace

16 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El navegante noruego Oystein Midtsundstad llegó un buen día a Camariñas, amarró de prestado su embarcación en el pantalán y, a los tres días, decidió prenderle fuego e irse a dormir a un hotel, en donde dejó a su paso importantes destrozos y una factura sin pagar. Al partir de la localidad (se le perdió la pista en Xaviña), se desprendió también de su embarcación, el velero Loffen, que permaneció abandonado desde entonces.

Ayer, sin embargo, Portos de Galicia hizo pública a través del Diario Oficial de Galicia una resolución mediante la que declara en situación oficial de abandono la embarcación, dado que hace más de cinco años que en ella no se registra ningún tipo de actividad. Según indican en la cédula, Portos procederá a la venta del velero y, en caso de que esta resultase fallida, se optará por trasladarlo a un centro de despiece o vertedero autorizado. Los costes generados por estas actuaciones, afirman, correrán por cuenta del propietario del Loffen.

Es el primer paso para que el pantalán de Camariñas quede por fin libre de la lacra económica que trae consigo el abandono de este tipo navíos, pues no se tiene constancia de más barcos que estén en esa situación, después de que hace unos años lograran deshacerse, tras meses de periplo y subastas que no llegaron a buen término, del Lady Gina y el Plus One, ambos del ciudadano inglés David Butcher. Uno acabó en el desguace, dado que las reparaciones que necesitaban serían demasiado costosas; pero el otro fue reparado por un marinero, Felipe Campaña, y rebautizado como Canopos. En abril del 2016 volvió al agua.

También de Butcher era el viejo barco que Salvamento tuvo que reflotar en la dársena camariñana en 2011, y que más tarde Portos ordenaría retirar para su desguace. Ni son estos los únicos casos que se han registrado en la zona en los últimos años, ni Camariñas es el único lugar que se convierte en destino accidental de estas embarcaciones. Frente a las costas de Fisterra aparecieron el Falco LR, cuyo dueño, un francés, vendió el motor para poder regresar a casa dejando atrás el velero; y también el Yemanja, el navío en el que viajaba el navegante Gulliver, como le llamaban sus conocidos.

Jean-Marc Gollier llevaba varios años viviendo a bordo del barco y tenía amistades en Fisterra, donde le echaron en falta en diciembre de 2012. Meses después apareció su cadáver en la zona de Brens (Cee), pero el velero no sería remolcado a tierra hasta un año después.