Una leyenda en cada piedra litoral

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

JOSE MANUEL CASAL

Las formaciones rocosas de la costa están llenas de significado para los navegantes y repletas de historias

07 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si a cualquier visitante le hablan de terrenos insulares de la Costa da Morte como muchísimo le sonarán las Lobeiras y las Sisargas. Realmente, y lo saben bien los marineros que son capaces de nombrar y reconocer centenares de accidentes geográficos como estos, el litoral de la zona está salpicado de pequeños islotes, a veces poco más que una roca que sobresale del agua, cargados de historia y leyenda.

Así, por ejemplo, el Centolo de Fisterra, o Centulo, da cuenta de numerosos naufragios, algunos tan significados como el del Blas de Lezo. Caso similar al de Vilán de Fóra, en Camariñas, al que, por ejemplo, el empresario Manuel Iglesias relaciona con la efigie de Ademastor, el gigante hijo de la tierra, contrapunto de la fuerza de Neptuno que, enamorado de la ninfa Tetis, en su intento por asirla acaba convirtiéndola en arena.

Pero no solo de leyenda viven todos estos enclaves que van desde los Carrumeiros a los bajos de Ataín, en Laxe, que recibe su nombre de uno de los muchos naufragios registrados. En ocasiones lo que guardan es verdadera historia, como la Estrella de Corme. Además de los restos de un castro y de una antigua ermita dedicada a la virgen del mismo nombre, da cabida a tumbas de marineros desconocidos, al margen de que, como dicen reputados submarinistas, la belleza de su fondo es inmensa.

También quedan vestigios de un castro en la Herbosa, también conocida como Castelo, a solo unos pasos del cabo Touriñán; tan pocos que en ocasiones especiales de mareas vivas se convierte en península y se puede llegar hasta ella andando.

San Bartolo (Malpica) por ejemplo, tiene aparentemente una denominación ligada a los descubridores y O Berrón, junto al cabo da Nave de Fisterra, guarda muchos paralelismo con el Bufardo de Vilán de Fóra y los sonidos del viento.

En definitiva son muchos y variados rincones por descubrir que casi ni salen en las guías.

La comarca quedó fuera del parque atlántico y ahí sigue

La Costa da Morte, probablemente en uno de los grandes errores de la burocracia en la historia reciente, quedó fuera del Parque Natural das Illas Atlánticas, en las que muchos expertos consideran que deberían estar por derecho propio tanto las Lobeiras como las Sisargas. Aunque mucho se habló de pelear por su inclusión, lo hecho es que a día de hoy poco o nada se ha movido al respecto y estos parajes siguen, por tanto, sin la protección y el valor añadido que otorga el parque y que tanto rédito genera en el sur de Galicia.