Los actos de Man muestran que nunca quiso que sus esculturas se perdiesen

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

JOSE MANUEL CASAL

Su familia, vecinos de Camelle y conocedores de la obra abogan por recuperarla

11 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Expertos en arte y conocedores o amantes de la obra de Manfred Gnädinger mantienen un debate sobre qué hacer con su trabajo exterior. Las posiciones van desde la intervención mínima o la reconstrucción hasta el total desencanto por cómo se ha gestionado el legado en los últimos tres lustros. Incluso se discute la intención del propio Man, porque varios especialistas defienden que era consciente de la inevitable degradación de la obra, algo que forma parte del propio relato.

Sin embargo, algunas acciones concretas del naturalista de origen alemán, asentado en la Costa da Morte durante más de 40 años, apuntan a todo lo contrario. Para empezar reconstruía de manera incansable su trabajo después de los efectos de cada temporal y legó en torno a 120.000 euros, que acabó quedándoselos el Estado, con la indicación expresa de que se destinasen a preservar su legado. Incluso es más que conocida su oposición a la construcción del dique de Camelle que le afectaba a su trabajo. «El museo es más que yo. Matar algo del museo es peor que matar mi. Porque de nuevo la vida para el museo no posible. Perdido un museo de mis primeros 10 años en Camelle y ahora en peligro el segundo museo de 14 años más», le escribió entonces al alcalde. Posteriormente, perdida la batalla, reseñaría como el espigón incrementaba la virulencia con la que el mar rebotaba contra su museo.

Desde la localidad, Xosé Lois Baña ha impulsado una iniciativa por la recuperación que llevaba ayer 367 firmas. «Din que non se pode restaurar porque nunca quedaría como a tiña Man, así que ten que ir desaparecendo co tempo. Os veciños cremos que esta situación pódese evitar cun compromiso de recuperación do museo e o seu entorno. Pedimos que o Estado destine os 120.000 euros procedentes da herdanza que Man deixou testada que terían que ir destinados a conservación do seu legado», afirma. También la propia familia de Man en Alemania también aboga porque se reconstruya. Sin embargo, esa no es la opinión mayoritaria entre algunos técnicos, que el Concello de Camariñas parece haber hecho suya y que se resume en la obra de Man no se puede reconstruir sin Man.

El profesor muxián Antón Castro, explica que el «proceso de decoloración e conformación, que ten un alto grado de efémero forma parte da obra de Man, destinada a desaparecer e iso non é malo», porque se conservan las fotografías y otros muchos elementos. Una posición que comparte con colegas como Antón Sobral o Carmen Ermo.

Por contra, Manuel Sánchez Dalama, que resucitó al artista para la literatura en La mancha negra, opina que «Man no tiene quien lo cuide. Está en manos de su enemigo y hay que dejarlo morir en paz. No debe servir para que algunos ganen sueldos y hagan que hacen, pero no hacen». Considera, muy a su pesar, que el daño ya está hecho en «14, 15, 16 años de abandono».

A FAVOR | «Mozart morreu e os alumnos acabaron o seu ‘Requiem’»

El músico camariñán Fran Barcia (Samarúas), respecta profundamente los argumentos de los técnicos y reconoce que él no lo es. Pero como visitante asiduo y conocedor de la obra de Man cree que los que defienden la reconstrucción también tienen sus razones. «Habendo un lote de información de como estaba creo que non sería descabelado unha recreación diso. No Pórtico da Gloria interveñen e o Mestre Mateo leva moitos séculos morto. Os defensores de que é un arte de natureza, vivo, obvian que Man reconstruía despois de cada temporal. Sería demasiado ego pola nosa parte pensar o que el quería. Non estamos lexitimados para iso», reflexiona. Ahora bien, entiende que puede haber creaciones irrepetibles, pero considera que los círculos, con el debido respecto, cualquier estudiante de Bellas Artes podría recuperarlos. «Mozart morreu e deixou o seu Requiem sen acabar. Acabárono os seus alumnos. ¿Estaría mellor sen acabar? Eu penso que non, pero é soa a miña opinión sen ser experto. A caseta púidose restaurar e o resto non. Non se entende moi ben. Penso que hai elementos gráficos suficientes para unha restauración moi ben fundamentada», concluye.

EN CONTRA | «Se pinto a metade que falta dun Velázquez, sería metade meu»

El profesor, escritor y profesor de Arte Antón Sobral reconoce que su primer impulso le llevaría a apoyar la reconstrucción «porque sería unha auténtica marabilla ver todo aquilo como estaba», aunque considera que hoy en día una actuación así carece de sentido. «Se a un cadro de Velázquez lle falta a metade e a píntoo eu, por moi ben que o faga, será metade de Velázquez e metade de Antón Sobral», explica para argumentar que lo primero es «respetar ao artista» y destacar que ve cosas mucho más importantes que hacer por Man: difundir su obra en todas las dimensiones (escultor, pintor, fotógrafo...), mostrar las piezas que están conservadas en el interior, nombrar a alguien que dirija su museo y busque financiación o organizar exposiciones, a partir de una gran catalogación.

A una reconstrucción, algo distinto de restaurar lo que se conserva, cree que, fundamentalmente debe huir de las falsedades porque «o problema é o engano» y convendría, con criterios científicos y una inversión considerable, distinguir claramente «o que é de Man e o que non é de Man». Además, se expone a que el primer gran temporal con marea alta se lo lleve todo.