Una alerta roja con muchas imágenes y pocas incidencias

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

La mayor parte de la flota quedó amarrada a los puertos

18 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Existía cierta preocupación entre los profesionales del sector del mar por el aviso de alerta roja en todo el litoral de la Costa da Morte, con previsión de olas de ocho metros.

Sin embargo, el temporal de viento y oleaje apenas tuvo, por suerte, repercusión relevante en el litoral, salvo las estampas propias de un mar embravecido. Las redes sociales se inundaron desde primera hora de la mañana de imágenes y vídeos desde los puntos y rincones más emblemáticos, como el espigón y el paseo marítimo de Malpica, el muelle de Camelle, Razo, Baldaio, el entorno del santuario de A Barca, Fisterra o la dársena de Caión.

Casi toda la flota permaneció amarrada en los puertos y en las lonjas apenas hubo actividad. En Malpica salieron a faenar dos pesqueros y en Camariñas lo hicieron dos arrastreros con base en Ribeira. En el caso de Laxe, las veinte embarcaciones buscaron refugio a principios de esta semana en Camariñas (11) y A Coruña (9) para evitar sustos como los del día de Reyes del 2014, cuando un intenso temporal provocó el hundimiento del María Cristina, que tuvo que ser reflotado días después.

Mientras, las chalanas fueron resguardadas en zonas secas a la espera de que amainara el temporal. En Caión, algunos surfistas desafiaron a las olas durante la mañana y gran parte de la tarde y realizaron piruetas sobre sus tablas en la parte interior del puerto.

De forma paralela, los equipos de emergencias, empezando por las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil, realizaron continuas visitas al litoral para comprobar que todo iba correctamente. En algunos casos, como en Camelle, los equipos de emergencias precintaron los accesos a los puertos y evitar que los curiosos pusieran en riesgo sus vidas.

«Está todo moi tranquilo, sen avisos nin alertas. Non se move nin unha palla»

La mayor parte de la flota permaneció amarrada a puerto. Y en las rías se resguardaban las embarcaciones. En la de Corcubión quedaron fondeados, entre otros barcos, los mercantes Richelieu, de bandera gibraltareña (89 metros de eslora y 12 de manga); y el Shark, de Malta (120 metros de eslora y 17 de manga). Mientras, los armadores de los cerqueros ponían sus embarcaciones a buen recaudo, redoblando los amarres, y los propietarios de las lanchas las subían a los muelles para evitar que zozobrasen, tal y como apuntó ayer el patrón mayor de Caión Evaristo Lareo. Una opinión compartida por su homólogo de Camelle, Xosé Xoán Bermúdez: «Recollimos todo e non deixamos nada no mar, subimos as lanchas para a explanada do espigón tras o primeiro aviso de alerta vermella. Déuselle aviso a todos os compañeiros para que estiveran atentos. Non se pode saír a pescar está o mar moi mal. Aquí ninguén saíu a faenar hoxe [por ayer]».

El expresidente del Club Náutico de Camariñas José Ramón Ayora comentó ayer que la situación en los pantalanes era de absoluta tranquilidad: «Non hai incidencias nin avisos. Aquí non se move nin unha palla». Y añadió: «De vez en cando baixo por se hai algo, pero a verdade é que todo está moi tranquilo».