Un viaje al universo de Man 15 años después de su muerte

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. LADO CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

Las reconstrucciones tridimensionales permiten ver la evolución en el tiempo de elementos clave de su museo-jardín

28 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy se cumplen 15 años desde que Manfred Gnädinger, el Alemán de Camelle, se dejó morir al renunciar a su medicación -dicen- como consecuencia del tremendo impacto emocional que le supuso ver su obra escultórica, a la que había dedicado buena parte de sus días durante los años que vivió en la Costa da Morte, asolada por el chapapote del Prestige.

En este tiempo se han cometido numerosos agravios hacia su figura, empezando porque todavía no se ha cumplido su voluntad -se hará el último sábado de enero- de que sus restos mortales reposen en la caseta en la que residía en Camelle. Ahora bien, también hay logros, más o menos destacados, que se han ido consolidando a lo largo de estos años, a través de la Fundación Man de Camelle, que ha dedicado esfuerzos a la recuperación de la obra del filósofo, escritor, dibujante, fotógrafo,... en definitiva artista de origen alemán. El más importante de todos, a juicio de algunas de las personas que más se han implicado en esta tarea, es la catalogación completa de los cuadernos, fotografías, dibujos, piezas escultóricas... que se han salvado del abandono al que estuvo sometido su legado durante años. «Polo menos sabemos o que hai aínda que non o entendamos todos», explicaba hace unos días, coincidiendo con la finalización de las obras de restauración de la caseta el concejal de Camelle, Juan Carlos Canosa Marcote, que conoció a Man cuando todavía era un niño e iba con sus amigos a hacer dibujos con el naturalista.

Y entre esa tarea de recuperación del legado, destacan especialmente las imágenes y recreaciones virtuales a las que hoy en día puede acceder cualquiera sin moverse del sillón de su casa a través de la web www.mandecamelle.com. Escritos, fotografías, pinturas e incluso dibujos realizados por quienes visitaban su jardín-museo están así accesibles desde cualquier parte del mundo. Sin embargo, lo que más destaca son las seis recreaciones virtuales en tres dimensiones, centradas en la propia caseta, la fuente y varias piezas escultóricas significativas, de las que se puede ver su evolución a lo largo de los años a través de una cronología invertida. Todo en el museo al aire libre de Man, que aún hoy es el principal activo turístico de Camelle junto con el propio encanto natural del pueblo, estaba en constante cambio y evolución. Se ocupaba de ampliar, mejorar, retocar e incluso reconstruir las creaciones que, debido a su exposición a los envites del mar resultaban alteradas de manera frecuente, sobre todo en los meses de invierno. Ahora, aunque ya sin Man, esa evolución queda recogida, toda vez que casi se da por descontado -de hecho algunos expertos ni siquiera lo recomiendan- que vaya a haber reconstrucciones físicas.