«Os nenos o que non teñen é unha casiña e, euro a euro, ímoslla dar nós»

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

ANA GARCÍA

El pueblo de Camelle, en Camariñas, acude en masa en ayuda de la viuda y los hijos de un marinero que acaba de fallecer

09 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tatiana Alves, su hija de 7 años, el pequeño de dos y el bebé que está en camino dependían del sueldo que traía a casa el marinero de Camelle José Secundino Suárez Suárez, fallecido de manera repentina la semana pasada, con 37 años. Se han quedado solos pero no desamparados como demostraron ayer sus vecinos, que llenaron la Casa do Alemán de la localidad de tristeza y emoción, pero, sobre todo, de propuestas solidarias para que los pequeños y la viuda puedan salir adelante. Realmente impresionaba ver cómo a mujeres ya mayores, alguna de las cuales pasaron por situaciones bien parecidas, les costaba contener las lágrimas y cómo rudos marineros jubilados se escondían tras su pañuelo de tela para que se viese lo menos posible que este dolor es de todos.

Las propuestas y los momentos emotivos en poco más de una hora de reunión son prácticamente incontables, pero algunos quedaron grabados en la retina de todos, como el gesto José Suárez, que se acercó un momento al final para entregar un sobre con 500 euros, mientras otra vecina aclaraba por lo bajo: «El tamén quedou orfo, e con sete aniños».

Los marineros van a rifar una cesta de mariscos, la panadera se ofrece a hacer pan de huevo, «porque en vez de pór 300 euros, con eses cartos de ingredientes -o traballo póñoo eu- podo facer 900 euros ou máis». El cura se disculpó por no poder estar pero dijo que contaran con él; un expárroco y su hermano hicieron lo propio; también el patrón mayor. El alcalde, en segundo plano y cargando sillas para los asistentes, comprometió el apoyo de servicios sociales y exención de tasas; la empresa Cerdeimar, que cuenten con sus productos para lo que vayan a hacer; los chavales del fútbol ya están organizando un amistoso, otros pensaron en una cena al estilo de la del cáncer o un festival solidario. Incluso un mago se ofreció a traer gratis a varios compañeros y, en general, todo el mundo parece dispuesto a ayudar.

BASILIO BELLO

Sin embargo, el peso fundamental lo lleva la asociación de vecinos A Pergoliña, que dio numerosos detalles de la cuenta que se va a abrir y demás, pero que ya se ha movido lo indecible en los últimos días para un objetivo central: dotar a la familia de su propio hogar. «Hai xente ofrecéndose de Lira, Fisterra, O Barco de Valdeorras, Vimianzo, A Coruña, de aquí por suposto, que queren dar cousas. Os nenos teñen de todo, non precisan roupa nin xoguetes, que seu pai morreu o outro día e era un mariñeiro coma calquera. O que non teñen é unha casiña e, se non é por medio de seu pai, euro a euro ímoslla dar nós», explicó María José Sánchez, la vicepresidenta de A Pergoliña, que se ha puesto al frente de todo este proceso. Ella misma ofreció un terreno edificable pero no da las medidas, con lo que la solución más o menos consensuada es comprar una casa modesta, a la que ahora mismo le falta hasta el tejado y les cuesta 24.000 euros. Eso sí, ya tienen un arquitecto que les hace el proyecto gratis y se han presentado voluntarios albañiles, carpinteros, vecinos que trabajan en el yeso y todo tipo de profesionales. «Unha xente ten cartos, outra vontade e outra arrima o seu traballo», apostilló María José, que al igual que sus compañeras sabe que les va a costar, pero están dispuestas a que Camelle dé un gran ejemplo de solidaridad y cariño vecinal.