El niño víctima de supuestos abusos en Camelle vive entre médicos y terapias

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

Jose Manuel Casal

Su madre denuncia un total desamparo por parte de la Justicia y de Educación

26 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La coincidencia en el mismo colegio del niño de Camariñas con el profesor de religión denunciado por abusar sexualmente de él, y contra el que ya no pesan medidas cautelares e incluso se ha archivado provisionalmente la causa, supone, en palabras de la madre del menor, que estén «volvendo a vivir a mesma situación enteira. A dor e a impotencia é tan grande que xa non sabes que facer, porque nós dixémoslle que non o ía volver a ver e agora el xa nin sequera pode confiar nos seus propios pais que se supón que estamos para protexelo. Eu non son avogada, nin fiscal nin nada, pero non o comprendo. Dinnos que denunciemos, que para iso está a xustiza e ¿que fan?», se pregunta la mujer que se muestra muy crítica, también con las autoridades educativas y dice que el único apoyo que encontraron fue «o do sarxento e os gardas do cuartel de Camariñas».

La situación del pequeño, según describe su madre y atestigua con informes psicológicos, es verdaderamente preocupante. Hoy mismo tiene cita en el pediatra, pero no para de despertarse llorando por las noches, le ocurre lo mismo en el colegio y sienten que todos los pequeños avances logrados en un año de terapia se han vuelto para atrás, porque vive en un estado de pánico permanente, incluso manifiesta el temor de que el profesor pueda llegar a su casa a matar a su familia. «Sabemos que é algo que vai levar con el toda a vida e agora a ver se pode aprender a vivir con iso ou non», afirma la mujer, a la que le cuesta contener el llanto en las explicaciones.

Nuevas pruebas

La abogada de la familia, Pilar Lamela, aclara que se produjo un sobreseimiento libre y el archivo provisional de las actuaciones, que han recurrido ante la Audiencia Provincial, la misma que ya dio por válido el levantamiento de las medidas cautelares, porque entienden que no se practicaron todas las pruebas debidas. De hecho, aportaron un informe psicológico que «dice que las secuelas del menor se corresponde con posibles abusos sexuales». Lamela asegura que el pequeño, que todavía no había cumplido los siete años -ahora tiene ocho- «no se atrevió a hablar porque estaba coaccionado por el profesor» y porque, a nivel judicial, tampoco se le dieron las facilidades que necesitaba. Entiende que debería haber sido sometido a exploración ayudado por un especialista «porque no es lo mismo que vayamos a declarar a un juzgado tú o yo, que un niño pequeño».

De hecho, la madre apunta que ni siquiera a ellos les contó todo lo sucedido, sino que se ha ido abriendo a hablar, a medida que va madurando y recibe la terapia que paga la propia familia. «Déronnos para o hospital Virxe da Xunqueira. A psicóloga é marabillosa, pero non é especialista en infantil e, todos sabemos como funciona a sanidade pública, tampouco ten o tempo que a el lle faría falta, que serían polo menos dúas citas ao mes», cuenta , para la que cada pequeño avance en su recuperación era un mundo, pero ahora entiende que todo eso se ha parado de nuevo.

Desamparo

Sin embargo, lo que más la indigna es el tratamiento que ha tenido el caso por parte de la Consellería de Educación. No entiende como se ha podido permitir que el profesor denunciado siga dando clase en el centro de A Ponte do Porto, a donde todos sabían que iba a ir el menor, porque es el camino natural por su edad después de estudiar en Camelle. De hecho, afirma que llamó repetidas veces al inspector educativo y no pudo hablar con él hasta que una vecina le avisó de que estaba en el centro educativo y se presentó allí. «O único que me dixo foi que tiña pouco tempo e que o único que podía facer e darme todas as facilidades para que quitara ao neno do centro. Vamos, que a solución é que a vítima marche, que seus pais collan, deixen atrás familia, amigos, todo e marchen do pobo», se queja, al tiempo que afirma que en todo este tiempo no han recibido ni una simple llamada por parte de Educación. Es más, asegura que, delante de ella, la directora y la tutora del menor se pusieron en contacto telefónico con la inspección educativa y la respuesta que recibieron fue «non falaran nada do tema, que non lle contaran o caso ni sequera ás súas familias».

Bajas

El asunto está teniendo repercusión más allá de esta familia, porque hay otros padres contrarios a que el profesor siga dando clases a los pequeños. De hecho, siempre según asegura la madre del menor, en Camelle ya solo queda un niño que va a clase de religión. El resto de los padres han elegido otra alternativa, y tampoco los que fueron para A Ponte do Porto han escogido religión. Además, las asociaciones de padres, tanto a nivel local como comarcal, han tomado cartas en el asunto, sin que, por el momento, se conozca qué acciones concretas piensan desarrollar.