El eterno cura de Brens que igual impulsaba una obra que el fútbol

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

XESUS BUA

Andrés Rodríguez Arjomil recibirá sepultura a las 16.45 horas

21 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tenía sus prontos, la enfermedad acabó por minarle el carácter y protagonizó sonadas enganchadas con algún vecino que incluso llegaron a las manos, pero, pese a todo, resulta complicado encontrar a algún feligrés, de Brens y A Ameixenda sobre todo, porque fue donde estuvo más de 40 años, que no le recuerde con cariño o, al menos, no ponga en valor todo lo que hizo por estos pueblos en el aspecto social, comunitario e incluso en la obra pública. El sacerdote Andrés Rodríguez Arjomil, que falleció ayer a los 81 años, y recibirá sepultura hoy en Santa Eulalia de Brens, donde se celebrará el funeral en su memoria a partir de las 16.45 horas, marcó toda una época en Cee, donde incluso llegó a ser concejal independiente en las primeras municipales, las del 83.

Natural de Casais (Vimianzo) inició su trayectoria como cura en la parroquia de Salto, donde hoy todavía recuerdan su estampa con sotana, primero en bicicleta y luego en moto y donde se conservó durante muchos años la pizarra que empleaba para darle escuela básica a muchos parroquianos. Sus siguientes destinos, en esos primeros ocho años antes de asentarse definitivamente en las parroquias de Cee, fueron A Ponte do Porto y Camariñas, donde el presidente del club local, Vicente Carril, además de mandarle un afectuoso abrazo a todos sus allegados, hacía memoria de como en aquellos años juveniles era el propios sacerdote el que entrenaba a los chavales para jugar al fútbol en el atrio de la iglesia. «Non sabía nada que morrera, seino agora, pero aquí deixou moi bo recordo, era un bo home e a xente aínda hoxe se lembra del», señalaba ayer por la tarde el veterano directivo del Camariñas.

Sin embargo, donde verdaderamente dejó huella don Andrés, como así lo conocieron siempre, fue en Cee. Ya en las primeras elecciones municipales concurrió como número dos de Ramón Vigo Vázquez, padre del actual alcalde, Ramón Vigo, que también lo recuerda bien porque incluso vivió unos 20 años en la casa familiar. Aunque fue de los pocos, junto al emblemático cura das Encrobas, Moncho Valcarce, en meterse de lleno en la política antes de que los religiosos lo tuviesen vetado, no le quedó una experiencia demasiado buena, porque sentía que no se avanzaba al ritmo que el pretendía. De ahí que, al margen de las ocupaciones propias de su ministerio, en la que los feligreses destacan la atención a los enfermos y las facilidades para organizar cualquier acto, se metió de lleno en la obra social, y no solo en lo cultural, con la creación de varios coros parroquiales, sino en la de cemento, tubos y ladrillo. Sin su impulso muchas pistas y alcantarillados de Brens y A Ameixenda no existirían o se retrasarían aún unos cuantos años más. Solo en Buxantes tuvo conflictos verdaderamente gordos durante su corta estancia a la que renunció por la presión vecinal e incluso allí dejó algún buen recuerdo.