Hace poco más de una semana, el precio del berberecho en Camariñas caía hasta los 3,10 euros el kilo, una cotización extraordinariamente baja, hasta el punto de que las mariscadoras decidieron cerrar la zona y tomar una serie de medidas para intentar elevar los precios.
Una de ellas fue reducir el cupo, que estaba en los quince kilos de berberecho por persona y día, a los diez que tienen actualmente. Además, han tenido que dejar de ir a la almeja japónica porque la cotización también es baja. Sin embargo, la principal actuación ha sido una selección mucho más cuidada para conseguir elevar los precios hasta los 6 o 7 euros el kilo actuales.
Mayor tamaño
«Escollemos o berberecho a man, de un en un», explicó la presidenta de la asociación de mariscadoras, Estrella Lema. También ofrecieron los ejemplares de mayor tamaño y de mayor calidad. A pesar de que llegaron a los 7 euros, los bivalvos que ponen en el mercados estos últimos días valen bastante más. Su caso no es único. En la desembocadura del río Anllóns también han visto como la cotización ha bajado entre 1 y 2 euros con respecto al año pasado. Las mariscadoras de ambas entidades comparten uno de los compradores. Las de Cabana tienen un acuerdo por el que consiguen una cotización algo más elevada, que es por semana. Las de Camariñas, por su parte, subastan cada día de faena y hasta el momento solo tenían dos comercializadores, pero están en tratos para conseguir un tercero, aunque resulta difícil.
«Estamos demasiado lonxe», explica Estrella Lema, que confía en que la prolongación de la autovía los acerque más a A Coruña y las haga más interesante para los compradores.
La agrupación llevaba años casi sin trabajar. De hecho, las socias tuvieron que irse al paro después de que unas copiosas lluvias seguidas de fuertes temporales destrozaran sus bancos.
Competencia
Ahora están plenamente recuperadas y tienen más producto que nunca, pero la entrada de muchos bivalvos foráneos, sobre todo de Portugal, ha incrementado notablemente la competencia.
El verano es la mejor época para este colectivo, que actualmente está formado por 90 personas, porque el banco de Noia está cerrado y hay turistas, lo que suelen mantener los precios bastante elevados.
Esta temporada, las mariscadoras tampoco han tenido problema alguno con la marea roja, que ha estado ausente de la ría. Esta semana las mareas no son buenas y no habrá actividad, pero la retomarán en septiembre.