El turismo náutico empuja fuerte pese a que sigue poco aprovechado

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

XESÚS BÚA

Muxía recibirá a los peregrinos de Navega el Camino y Camariñas prepara una feria

16 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En cualquier ría de la Costa da Morte se pueden ver estos días yates, veleros, algún catamarán y otros tipos de embarcaciones deportivas. Los náuticos de Muxía y Camariñas, los únicos con instalaciones de verdad en la zona si se descuenta O Ézaro, cuyo acceso depende de las mareas y del puente de la AC-550, presentan unos niveles de ocupación más que aceptables, lo que deja a las claras que el turismo náutico sigue en auge en la comarca, pese a la ínfima explotación que se hace de él y que los muelles deportivos disponibles están muy lejos del potencial que tiene la comarca para atraer a este más que interesante segmento de viajeros.

En Marina Muxía se podían contar ayer por la tarde 23 mástiles, con lo que, en total, entre tránsitos y amarres estables, andan en la cifra de los 100 barcos con lo que para Marcos Trillo, de Cataventos, la empresa que la gestiona, «isto está collendo camiño», porque después de cuatro años de duro trabajo se empiezan a ver resultados y «que a promoción exterior funciona». Ahora aparecen en las guías y les llaman navegantes que nunca estuvieron en Muxía, pero se interesan por recalar en la localidad. Por supuesto, eso cuesta dinero, pero también reporta beneficios económicos, «polo menos vese xente no pobo, pedindo un taxi, o autobús, chamando ao mecánico...».

Dentro de esta labor promocional, el próximo día 25 llevarán a Muxía una treintena de veleros que partieron ayer de Hondarribia (Guipúzcoa) en la segunda edición de Navega el Camino, una particular forma de peregrinación por mar, que llevará a los asistentes -calculan unas 120 personas- hasta Santiago de Compostela después de recorrer 410 millas náuticas en 11 etapas. La iniciativa está canalizada a través de Northwest Marinas, de la que forma parte el puerto muxián, que está trabajando para que el año que viene la ruta tenga ya carácter internacional.

De momento, la temporada se está comportando de manera muy positiva, ya desde el mes de mayo, pero especialmente ahora en plena temporada estival.

También en Camariñas se está notando estos días la influencia del viento, que hace que los navegantes realicen más escalas en lugar de grandes singladuras y, en general, el resultado de la primera mitad del año ha sido satisfactorio, con unos datos de tránsitos ligeramente superiores al mismo período del año pasado. En torno a una veintena de embarcaciones más recalaron en la localidad.

Además, el club camariñán está preparando para los días 2 y 3 de septiembre FENACAM, la primera Feira Náutica de Camariñas, que promete atraer a la Costa da Morte numerosos expositores de todo lo que tiene que ver con esta actividad: desde venta de embarcaciones nuevas hasta seguros o decoración, pasando por material de buceo, pesca deportiva, electrónica marina, ropa náutica,... La iniciativa está incluso abierta a particulares que quieran ofrecer barcos de ocasión. Los interesados en participar pueden informarse en el teléfono 618 950 557.

Entre tanto, en la ría de Corcubión siguen esperando las instalaciones tantas veces prometidas y que nunca acaban de llegar, por lo que los alcaldes de la zona lo consideran ya una afrenta histórica. Al presidente del náutico corcubionés Portos le confirmó el inicio de los estudios previos para un futuro muelle y, de momento, no hay nada más.

«Lo mejor, lo amigable que es la gente y la comida: marisco, pescado,... todo está bueno»

Además de ser un catálogo de embarcaciones, algunas de ellas de verdadero ensueño y unos precios que se miden en cientos de miles e incluso millones de euros, este tipo de turismo, al igual que hace el Camino fundamentalmente, convierte los puertos de la comarca en un crisol de nacionalidades, culturas y lengua. Dominan claramente los centroeuropeos: alemanes, franceses, holandeses, también británicos o belgas, como Henry y Marine que pasaron por Vigo y ahora piensan estar unos seis días en la zona, con Muxía como puerto base, por donde ayer salieron en bicicleta y de la que solo hablan maravillas: «Lo mejor, lo amigable que es la gente, acogedora, simpática, muy risueña», explica Henry, que ya ha estado otras veces por España y de esta visita le está sorprendiendo para bien la comida: «marisco, pescado,... todo está bueno. Es una verdadera maravilla haber venido aquí», explica el navegante, que no descarta regresar con su pareja en otra ocasión.