Las bateas en la Costa da Morte pasan por un período de reevaluación

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

Jose Manuel Casal

El polígono de Corme tiene que ser renovado y el de Merexo está ya autorizado

16 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cultivos Marinos de Corme cuenta con terminar de desmantelar el polígono de bateas a finales de verano. Así los aseguró el presidente de la compañía desde enero del 2016, Manuel Meis, un empresario de O Grove que ya estuvo implicado en la puesta en marcha de la instalación experimental en el 2000. Los 17 años que han pasado desde entonces han hecho mella en los artefactos, que se encuentran en muy malas condiciones. A pesar de todo, la intención de Meis Cacabelos es continuar con la actividad, pero para eso tiene que conseguir la autorización de la Consellería do Mar, que está en trámites.

Ya tiene permiso para empezar a trabajar la otra empresa de la zona que pretende cultivar mejillón. Mariscos Ricamar consiguió ya a finales del año pasado la concesión experimental para la instalación de líneas de cultivo en el distrito marítimo de Camariñas. En total podrá ocupar once cuadrículas en la zona de Merexo, donde hace ya muchos años que existe esa posibilidad, aunque no llegó a ser explotada. En este caso, como presidente de Mariscos Ricamar figura Daniel Castro, patrón mayor de Muxía. También están en la sociedad miembros de Cerdeimar y un armador de Camariñas.

Así, los dos polígonos de la zona están actualmente en período de revisión y ninguno está en funcionamiento.

Los únicos trabajos se han llevado a cabo en Corme han sido la retirada de los restos de buena parte de las bateas. Parte del material está en el puerto a la espera de su traslado para reciclar. La empresa estuvo trabajando en la lonja nueva, cortando los largos tubos para su traslado. Quedan todavía sin tocar seis bateas, pero tendrán que esperar a que pase el verano, para no interferir en la temporada de playas.

Nueva tecnología

La idea de Manuel Meis es instalar nuevos artefactos, de «de polietileno, cunha nova tecnoloxía». Tendrá que esperar a que la Xunta renueve la concesión, que en los últimos 17 años ha sido experimental, pero que ha resultado un fracaso económico. Lo que sí está ya decidido es que se tratará de bateas de mejillón y, como mucho, de ostra. Se ha olvidado de los cultivos multitróficos, que despertó la desconfianza de los pescadores. La cofradía se opuso directamente a la idea y el empresario decidió recular. «Non quero inconvintes con ninguén», explicó Meis Cacabelos, que mostró su interés por seguir apostando por las bateas en la Costa da Morte.

Dos enclaves con mala suerte

Este año y el próximo pueden ser definitivos para relanzar la acuicultura sostenible en la Costa da Morte, que no ha tenido demasiada suerte hasta el momento.

Rentabilidad. En Corme los problemas comenzaron casi el primer día. La ampliación del puerto hizo inviable la primera cosecha de mejillones de la Costa da Morte y la segunda quedó en el mar a causa del Prestige. Después hubo que limpiar los fondos. Los temporales hicieron el resto e incluso hubo un accidente y fueron muy pocos los mejillones que llegaron a venderse. La idea de Manuel Meis es ver las ayudas a las que puede optar para poner en marcha de nuevo el polígono.

1.500 toneladas. En el caso de Merexo, la sociedad Mariscos Ricamar presentó un proyecto para obtener una producción de unos 1.500 toneladas anuales, aunque ello podría variar. La propuesta pasó con buena nota el estudio de impacto medioambiental, aunque los promotores tendrán que estar pendientes de cuestiones como el estado de los fondos,

Desde 1975. La concesión marisquera de Merexo es mucho más antigua que la de Corme, ya que data de 1975, aunque nunca ha sido rentable. Al principio se trabajó en la zona durante diez años, con continuos conflictos con Pesca. A finales de los 80 hubo un nuevo concesionario, pero fue un fracaso. A partir del año 2000 se volvió a despertar el interés y varias sociedades presentaron solicitudes, pero no tuvieron éxito.