El paraíso del reo lo es también ahora del ocio familiar y el turismo

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. Lado CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

FERREIRO

El coto pesquero de A Ponte do Porto ofrece uno de los paseos más atractivos y fáciles por el entorno del río Grande

19 ene 2017 . Actualizado a las 08:06 h.

Incluso el señor de las Torres do Allo llegó a denunciar que los canales de los molinos interrumpían el remonte de los reos sobre los que tenía derechos de pesca, lo que da una idea de lo que ha supuesto a lo largo de la historia la zona en la que hoy se encuentra el coto de A Ponte do Porto, que ofrece uno de los paseos más bonitos y accesibles por el entorno del río Grande.

En esta época del año el contraste de colores, unido al rumor todavía tranquilo del agua, mucha menos que en otras temporadas, dibuja un paisaje que va mucho más allá de la práctica deportiva y encandila a todo tipo de visitantes. Disfrutan fundamentalmente de él vecinos de la zona en familia, pero cada vez se nota más la presencia de turistas del resto de España e incluso extranjeros.

Hasta los años 80 esa condición de catedral comarcal de la pesca del reo. Esos tiempos pasaron y, aunque esta especie se mantiene como principal reclamo, su valor va mucho más allá y está relacionado, sobre todo, con la conservación y el disfrute del entorno natural. De hecho, solo se puede capturar un máximo de tres piezas y, como mucho, dos de ellas pueden ser reos, lo que da una idea clara de la filosofía que sigue la Sociedad de Pesca Deportiva Neria, que es quien la gestiona. Su presidente, Manuel Mouzo, conoce bien el lugar y también el interés que despierta.

«Hoxe mesmo estiven falando cuns señores de Lugo que veñen varias veces ao largo do ano e querían saber que día podía estar eu para volveren», explica este aficionado que tiene la idea clara de, «sobre todo, conservar o que temos».

Se han dado pasos y uno de los más importantes ha sido la puesta en funcionamiento de la depuradora de Camariñas porque «a ría está un 500 % máis san do que estaba antes», destaca Mouzo, que pone el acento en la influencia que tiene el mar -también el curso alto del río- en la configuración de su singular coto, tanto para las especies catádromas (nacen en el mar y se desarrollan en los ríos), como para las anádromas (cuyo ciclo de vida es el inverso).

Así, del mismo modo que el saneamiento de la ría les ha supuesto un importante beneficio, siguen encontrándose con lo que Mouzo considera aberraciones importantes, la principal la presa de la Furaqueira, «na que se fixo unha escala malamente e algún peixe pasará cando hai enchentes, pero nada máis». De hecho está casi seguro que este año, con los bajos niveles del cauce, es prácticamente imposible que se haya producido remonte alguno.

Tampoco las especies vegetales invasoras como las mimosas juegan a su favor, pese a que ya llevan retiradas una buena cantidad, y Augas no se lo pone precisamente fácil. «Aínda estamos agora pedindo un permiso para limpar de Salgueiros a Ponte Constante e pídenche unha memoria na que, ademais do día e o sitio, que me parece ata certo punto normal, pregúntanche con que ferramenta vas cortar. É de cachondeo», se queja.

Después también se enfrentan a actitudes desaprensivas, que Mouzo ejemplifica con esta anécdota: «Estabamos un día limpando plásticos e toda canta trapallada había por alí, chega un señora, que nos di ‘¡qué bonito está todo! e colle, saca dous Bollicao dallos aos rapaces e tira os envoltorios ao chan».

En cualquier caso, las experiencias positivas dominan sobre este tipo de situaciones y el coto de A Ponte do Porto es bastante más que pesca. Tiene un pequeño merendero con una fuente y el entorno está jalonado de molinos de agua que el alcalde, Manuel Valeriano Alonso, dice que tienen intención de seguir recuperando, por más que siempre se encuentren con el mismo problema: conseguir el dinero.

Había cerca de una decena, pero actualmente quedan en pie de manera razonable el de marea de la parte baja, el de Sofía, el de Cota y el de Jaime, como describe Mouzo que tiene la zona bastante pateada.