La Costa da Morte, despensa de lujo para abastecer a los Reyes

CAMARIÑAS

j. m. casal

Literatura, arte, artesanía, música, gastronomía y bebida... La comarca tiene de todo para un regalo diferente

04 ene 2017 . Actualizado a las 14:56 h.

En tiempos tan atareados, toda ayuda es poca, por lo que en caso de que los Reyes Magos todavía no hayan hecho sus provisiones de regalos, la Costa da Morte brinda numerosas oportunidades para obsequiar productos propios y con identidad. Hay mucho donde elegir y sería imposible mencionar todas las opciones. No obstante, sí puede hacerse una guía.

Hablar de la Costa da Morte es hablar de su artesanía más emblemática, desde la olería de Buño hasta el encaixe de Camariñas (o de Muxía y Vimianzo), sin olvidarse del las auténticas maravillas que se pueden encontrar en lino o, también, los muchos productos -desde bolsos a colgantes y pulseras- hacia los que se ha diversificado el oficio de las redeiras, de lo que dan testimonio las entidades Illa da Estrela (Corme) y O Fieital (Malpica).

Prolífica es asimismo esta comarca en autores, con muchas novedades recientes. La ceense María Canosa, por ejemplo, tienen más de media docena de obras publicadas en el 2016, la más reciente O neno inverno. Entre ellas está la exitosa Será correcto?, escrita mano a mano con su madre, Concha Blanco. Colaboró asimismo con el baiés Jorge Mira en A que altura está o ceo?, otra recomendable posibilidad, al igual que Labrego con algo de poeta, de la larachesa Mercedes Queixas; La inteligencia del éxito, del fisterrán Anxo Pérez; la biografía de Donato y Mar de Invernía, del malpicán Héctor Pose; Lémbrome, de Xurxo Chapela; Sacar a bailar, de la carballesa-muxiá Rosalía Fernández Rial; Galicia, o galego e os galegos, de Cabeza Quiles; Adagio por Outono, de Modesto Fraga; o Lembranzas de Malpica, de la colección Costa da Morte de Embora. Son solo algunas opciones, y variadas, a las que hay que añadir una publicación que combina letras y arte, la recientemente editada por Engaiolarte Derrubando muros con pintura, compilación del proyecto homónimo en Carballo. 

El arte tiene en esta tierra una fuente de inspiración y así ha podido verse en Carballo con Mercarte, promovido por el colectivo Crea Formas, que aglutina a decenas de creadores. La galería de Mon Lendoiro es un punto de encuentro. Pintura, escultura (con la muxiana Viki Rivadulla como exponente), fotografía, grabado, dibujos, óleo... De todo ello hay referentes en la zona. Igualmente, la música ofrece ejemplos de creatividad, con nuevos discos como Postal, de Chicharrón; Opoñerse á extinción, de Sés, con raíces en Berdillo; Aínda queda xera, del grupo Vintenbaio del IES Maximiro Romero (se presenta hoy); Extra Mundi, de Luar na Lubre, con más presencia de la Costa da Morte que nunca; o Son Carballo, de artistas locales. Leö KCh, Héctor Lera, Serj y Fernando Fraga ponen asimismo banda sonora a esta comarca.

Ha sido, por otra parte, un año de novedades culinarias, con la salida al mercado de las cervezas artesanas Estrela de Mar. Están cosechando gran éxito en Stoupa Tenda Turística (Cee), original iniciativa que compagina los servicios turísticos con la exposición y venta de productos y obras de creadores de la Costa da Morte. Allí tienen especial salida, también, la ginebra Gin Sea, de Manuel Barrientos (A Serna, Dumbría), junto a la tónica Bágoas de Mar. Las conservas de 1884 de Cerdeimar o las algas de Porto Muíños se prestan asimismo para un regalo, al igual que los productos de porco celta de Carnicería Antelo, con mucha salida en Stoupa, que en unos días, en virtud de un convenio con Monte Pindo Parque Natural, tendrá además réplicas de la vasija campaniforme o el Medallón das Sete Pitas. Citan asimismo los marcapáginas de Rivadulla como propuesta bien acogida. Fresco y del mar (Cee), hace llegar el marisco a la puerta y, por último, con base en las algas, los productos dulces de Silvina Muñoz (Xaviña, Camariñas) son una buena opción. 

La Costa da Morte tiene entre sus valores el paisaje y la gastronomía. Así, un restaurante o una estancia en una casa de turismo rural merecerán siempre la pena.