«No todo es gris, el mundo es de color»

Carolina Núñez Andrade, P. B. CARBALLO / LA VOZ

CAMARIÑAS

ana garcía

Natural de Valencia, durante esta semana enseña técnicas del encaje de bolillos en Corme

10 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

María Gualde (Valencia, 1943) consiguió llevar su hobby hasta el último término. Es un trabajo que le produce una satisfacción tan grande que afirma riendo: «Soy la mujer más feliz del mundo». Cuando está pensando en hilos, texturas y diseños, el tiempo no es tiempo, se pasan volando los minutos. No hay diferencia alguna entre dos o diez horas dedicadas al trabajo por el placer de conseguir hacer realidad los diseños. «No todo es gris, el mundo es de color», explica. El futuro de los bolillos está lleno de tonos, no solamente es blanco. Es incapaz de estar sin hacer nada, ver que a la gente le gustan sus trabajos la embarga de felicidad. «Hacer cosas para los demás y para mi familia» -dice-: «Esa es mi filosofía de vida».

-¿Qué es eso del encaje contemporáneo?

-Cambian los métodos de trabajo: no se utilizan patrones con una pauta a seguir, sino que es más creativo. Es verdad que tiene unos puntos básicos a partir de los cuales tú puedes elaborar con diferentes colores, buscando texturas diferentes. Se hace normalmente con un patrón por las propias palilleras. El bolillo contemporáneo lo que pretende es llevar a la calle el diseño. En general es muy colorido, hay una gama de tonos muy grande. Todo depende de los gustos de cada uno, pero en principio los colores y los puntos tienen que tener una armonía. Este es el futuro y el presente del encaje de bolillos.

-¿Cuáles han sido sus obras más grandes?

-Un vestido de novia y la ropa de los niños que la acompañaban. Era un traje entero, incluido el velo que terminaba con un reborde del encaje de bolillo.

-¿Cuando aprendió usted a hacer encaje de bolillos?

-Yo aprendí con 7 años, me enseñó mi tía. Hice encaje hasta que empece el bachillerato. Luego estudié magisterio, y después me fui a Barcelona porque tenía allí la plaza. Aproveché para hacer una licenciatura y terminé trabajando en un instituto. Durante esta época no tenía tiempo para esto. Cuando tenía 57 años, mi marido me habló de un encuentro de bolillos, allí vi las nuevas técnicas. Me matriculé a la Escuela Oficial de Encaje de Bolillos de Barcelona, pero tuve que dejarlo. Al final, a través de cursos monográficos, de gente que sabía mucho, fui aprendiendo y después trabajaba por mi cuenta. Desde que me jubilé a los 60 años hasta ahora que voy a cumplir 74 años me he dedicado solo a los bolillos.

-¿Cómo tiene planteado el curso en Corme?

-El objetivo es que a partir de los puntos básicos, las alumnas pueden crear. Si hay tiempo, me gustaría enseñarles a hacer algunas cosas de joyería. En Galicia hay un encaje precioso tradicional, pero hay que modernizarlo.

- ¿Qué piensa del encaje de Camariñas?

-Antes las señoras tenían el comercio del encaje, un sustento importante cuando los hombres iban al mar, sobre todo por la zona de Camariñas. Ahora estas sábanas, manteles, cortinas o todas esas cosas que hacen, ya no se veden como antes. Esto me duele, me hace pensar en los importantes diseñadores de moda como Amancio Ortega, Roberto Verino o Purificación García, que tenían que incluir en su ropa encaje de Camariñas. Esto no se debe perder.

-¿Y como podrían innovar?

-Lo primero es crear una escuela, porque hay personas muy validas como Mariña Regueiro [organzadora del curso] para enseñar. Ella va dar clases a Alemania y a Inglaterra, Mariña es una de la que más sabe del encaje de bolillos, es una suerte para Galicia.

-¿Le gusta la Costa da Morte?

-Ver las entradas y las salidas del mar, las rocas en Corme es fascinante. Me encanta el verde, porque me contrasta con el paisaje de Valencia. La gente gallega me encanta y escuchar hablar en gallego me fascina, me siento identificada porque yo también tengo una lengua propia.

Curso en el Museo de Arte Contemporáneo de Corme. Maria Gualde es la profesora de un curso de encaje contemporéno que se está llevando a cabo en el Museo de Corme desde el pasado lunes. Durará toda esta semana. Natural de Valencia, dice que le encanta la Costa da Morte, así como la gente de las tierras gallegas.