Un navegante remolcado a Camariñas dice que con esta costa no se la juega

La Voz CEE / LA VOZ

CAMARIÑAS

FERREIRO

Guillermo Regueiro, madrileño de ascendencia gallega y con casa en Corme, tuvo que ser asistido ayer

04 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Guillermo Regueiro, madrileño de ascendencia gallega y con casa en Corme, tuvo que ser remolcado ayer por la tarde con su barco, el Atrevida, un velero de 32 pies (9,5 metros) al puerto de Camariñas, desde el que navega desde hace tres días con su hija y el novio de esta.

«Salimos de O Ézaro sobre las ocho o así y a las 11.30, cuando acabábamos de pasar el cabo A Nave, estábamos entre este y Touriñán, nos dimos cuenta de que el motor no funcionaba. Íbamos a regresar a vela, pero había cero viento, menos de un nudo y no siempre favorable, con lo que en tres horas apenas recorrimos tres millas. Empezó a bajar la niebla, tanto que la Salvamar la veíamos velada y por poco no nos encuentra. Así que, como tengo una tripulación bastante inexperta: mi hija y su novio, prefería no jugármela, porque íbamos a llegar a Camariñas de noche. Si fuese en otro sitio, en Corme, en la zona de A Coruña o así, aún bueno, pero aquí hay muchos bajos y preferí no arriesgar», relataba el navegante sobre las 19.30 horas de ayer ya sobre el puerto de Camariñas y con su familia a salvo.

Ante la alerta recibida, Salvamento Marítimo, movilizó a la patrullera Salvamar Altair, que tiene su base precisamente en Camariñas, que trajo el velero de remolque a puerto, con sus tres tripulantes ilesos.

Las condiciones atmosféricas y la zona en la que se encontraba «con bastante tráfico» llevaron al patrón, que conoce bien la zona y tiene una dilatada experiencia, a ser precavido, aunque eso le vaya a suponer una factura de más de 350 euros por hora de navegación, que es la tarifa de Sasemar para este tipo de rescates.