Menos eucaliptos y más hierba

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CRÓNICA

CAMARIÑAS

30 jun 2016 . Actualizado a las 11:21 h.

El 65 % del suelo de la Costa da Morte es de uso forestal. El porcentaje varía del 59 % de Bergantiños hasta el 69 % de Fisterra. Camariñas y Cee son los municipios con mayor extensión arbórea, ya que llegan al 75 %. Son también los que tienen menor número de explotaciones ganaderas. Las hectáreas de monte no han hecho más que crecer en los últimos años, aunque en este último ejercicio el desarrollo de lo forestal se ha estancado en toda la zona y se ha reducido en la comarca bergantiñana, donde hay ahora unas decenas de hectáreas menos de eucaliptos que hace cuatro años. A pesar de eso, Bergantiños sigue primera en la provincia en cuando a extensión dedicada a plantaciones arbóreas, ya que supera las 43 hectáreas. En Galicia está en octava posición.

Pinos y eucaliptos no deberían ser, en principio, malos, pero en un ámbito minifundista en el que, además, la producción de leche es tan importante, cada espacio de monte supone un añadido en el coste de producción láctea. Hay margen para la esperanza, porque crecen los cultivos herbáceos, lo que indica que hay más terrenos, cedidos, vendidos o arrendados, para labores agrícolas. Sin embargo, es pronto para hablar de una tendencia clara, porque en este campo Soneira es la que más terreno gana, al contrario que Fisterra, que cede espacio en los aprovechamientos agrícolas. Bergantiños, que era la primera de la provincia en monte se va a la cuarta posición cuando se trata de plantaciones forrajeras, el mismo puesto si se habla de pastos.

Curiosamente, en Soneira el monte avanza ligeramente, pero lo hace sobre todo en Camariñas, mientras que Vimianzo y Zas resisten.

Las políticas de ordenación de la tierra no parecen tener demasiado éxito. El ejemplo es Cerqueda, con una concentración parcelaria tramitada a lo largo de 25 años que se ha hecho realidad cuando la mayor parte de los agricultores que la demandaban se han jubilado y sus hijos no tienen intención de continuar con el trabajo. Al final, Cerqueda tienen sus parcelas nuevas, más amplias, pero incultas. Ahora queda ver qué pasará en Cores-Nemeño, donde la ganadería tiene todavía cierta importancia, pero donde no son capaces de sacar adelante la concentración parcelaria mientras las explotaciones suman centenares de pequeños terrenos, cedidos, alquilados y comprados, que se comen buena parte del beneficio en el traslado de la maquinaria.

Por otro lado, el beneficio del monte está cada día más en entredicho. Los precios han caído, pero sigue siendo un negocio relajado, que se puede ceder a otros y que solo aporta beneficios, aunque no para la comunidad.