Las firmas se ponen la puntilla por montera

La Voz

CAMARIÑAS

Ana Garcia

En la pasarela, ahora a ras del suelo, el atractivo principal suele correr a cargo de los jóvenes diseñadores

05 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En la pasarela de Camariñas, ahora a ras de suelo, que es como se estila en los circuitos internacionales, el atractivo principal suele correr a cargo de los jóvenes diseñadores porque son los que compiten, un número mucho más elevado y los que llegan siempre con ideas frescas. Pero las grandes pautas siguen en manos de las firmas consagradas y ayer se volvió a ver en el desfile del mediodía introducido por las creaciones tradicionales de Kaloper (Bulgaria), Narva (Estonia), Peniche (Portugal), Palickováni (República Checa) y Raduzhuyy (Rusia).

Salió a escena prácticamente de todo, desde los aires toreros de Emilio Salinas, con un estilo que recuerda al de las cortesanas del siglo de oro, hasta las pamelas imposibles de Janet Shluz o los tocados en forma de violín, mariposas, faunos o la mismísima Torre Eiffel, con los que se atrevió Mar Balmon. Y es que este último capítulo, el de elevar las puntillas a los gorros, las cintas, los adornos y todo lo que se pueda poner en la cabeza, fue la nota dominante en lo que se pudo ver de las distintas colecciones.

La más aplaudida, por sus protagonistas y el tono desenfadado para presentarla, fue la infantil y masculina de Esteban Freiría; mientras que los nombres más conocidos Devota & Lomba y Lorenzo Caprile fueron los encargados de abrir y cerrar, este último con la propuesta más pomposa en forma de vestidos de novia.

Para el director de la pasarela, Franco Quintáns, que también mostró su propia colección ayer, todo está saliendo muy bien y el resultado es «espectacular», sobre todo en cuando a los países invitados a los que trataron de darle así «un tono celta, que resalte lo tradicional y sirva de homenaje a todos ellos».