Absuelven al cabanés acusado de matar a su cuñado con una barra de hierro

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CABANA DE BERGANTIÑOS

Toni Longueira

Los once integrantes del jurado popular lo exculpan de delitos de homicidio imprudente y asesinato al entender que el procesado, de 85 años, actuó en legítima defensa al verse amenazado con una escopeta cargada

26 may 2023 . Actualizado a las 19:21 h.

El jurado popular ha declarado en la noche de este jueves «no culpable» de los delitos de homicidio imprudente y de asesinato a José Rodríguez Martínez, el cabanés de 85 años de edad, acusado de haber matado a su cuñado, José Calviño Lema, en la mañana del 5 de junio de 2019 en un anexo de la vivienda familiar situada en el lugar de A Rectoral, en la parroquia de Corcoesto.

Los once integrantes del jurado sí declaran culpable al procesado de un delito de lesiones, pero, de forma paralela, han apreciado la concurrencia de la «eximente completa de legítima defensa». En consecuencia, el magistrado presidente adscrito a la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha indicado que, como consecuencia de este veredicto, la sentencia será absolutoria en favor de José Rodríguez Martínez.

José Rodríguez Martínez vivía con su hermana, María, y el marido de ella, José Calviño Lema, en una casa que el matrimonio tenía en A Rectoral, en la parroquia cabanesa de Corcoesto.

Sobre las nueve de la mañana del 5 de junio del 2019, José Rodríguez se encontraba dando de comer a los animales en un alpendre anexo a la casa. Era algo que solía hacer todos los días. En un momento dado entró en el galpón su cuñado, José Calviño. Lo hizo con una escopeta. Y encañonando a su cuñado, supuestamente, le espetó: «Hoxe vou facer limpeza, voute matar a ti primeiro, e logo a ela». En un acto reflejo José Rodríguez le dio un manotazo al arma, que cayó al suelo. Presuntamente, José Calviño la cogió para volver a amenazar a su cuñado, pero este había cogido una barra de hierro de un metro de longitud que tenía a mano y golpeó a la víctima, que cayó y murió en el interior del alpendre.

Los médicos forenses que analizaron el cadáver confirmaron que el cuerpo tenía siete golpes en la cabeza, y presentaba cinco costillas y dos vértebras rotas. La causa de la muerte, paradójicamente, no fueron los golpes en la cabeza, sino un traumatismo torácico como consecuencia de las costillas rotas, que le provocaron una hemorragia interna. Para la Fiscalía, el acusado se ensañó con su cuñado, pese a que este, supuestamente, lo había encañonado previamente con una escopeta cargada y lista para ser utilizada. La defensa, por su parte, alega legítima defensa, que «no tenía intención de matar» a su cuñado y que actuó en un estado de «pánico» al verse amenazado con una escopeta.